Hace 98 años el volcán de San Salvador entró en erupción

Terremoto y sismos provocaron la destrucción de buena parte de la capital y sus alrededores

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Desde diferentes puntos de la ciudad se observaban las columnas de humo y cenizas que arrojó el volcán de San Salvador durante la erupción que ocurrió el 7 de junio de 1917. Un terremoto a eso de las 6 de la tarde fue el preludio de esta catástrofe natural que azotó a la capital salvadoreña. Fue a

Por Ricardo Guevara comunidades@eldiariodehoy.com

2015-06-07 7:00:00

Un gigante vive dormido desde hace 98 años en los alrededores de la ciudad de San Salvador.

Muchos capitalinos ignoran que el volcán de San Salvador puede despertar en cualquier momento, tal como sucedió hace 98 años.

Nadie se imaginaba que un terremoto de magnitud 6.5 ocurriría aquella tarde del jueves 7 de junio de 1917, y que sería el preludio de una erupción que dejaría pérdidas, muerte y destrucción en toda la capital.

El primer sismo afectó lugares situados al sur de la cadena volcánica.

Armenia, Ateos, Sacacoyo y San Julian fueron algunos de los lugares con más daños por los fuertes temblores.

A las 7:30 de la noche, un segundo terremoto con una magnitud local de 6.4 causó más daños en Apopa, Nejapa, Quezaltepeque, San Juan Opico, Santa Tecla y la capital San Salvador.

Relatos históricos señalan que de 9 mil casas que había en la ciudad capital, solo 200 quedaron intactas.

Solo 41 minutos después del segundo terremoto, a las 8:11 de la noche, el volcán de San Salvador comenzó a hacer erupción.

Los fuertes temblores, el olor a azufre, las cenizas y los fuertes retumbos se volvieron una pesadilla para los miles de residentes de San Salvador, quienes, debido a la oscuridad, aún no observaban la magnitud de la tragedia.

Según relatos de Jorge Lardé plasmados en libros de historia salvadoreña, la ladera norte se abrió tras una gran llamarada, lanzando una lluvia de piedras y lava enrojecida.

A las 8:45 p.m. se dio la apertura de bocas eruptivas del volcán, llamadas “Los Chintos” y “El Tronador”, las cuales vomitaban lavas incandescentes acompañadas de fuertes retumbos y emanación de gases.

Desde este momento, la gente salió despavorida sin saber lo que ocurría, dice el investigador histórico salvadoreño Carlos Cañas Dinarte en la cronología de una tierra danzarina, sismos y terremotos en El Salvador.

Los historiadores indican que la lava arrasó extensas áreas de montaña, pastizales y viviendas.

Después de cinco meses de erupción, en noviembre de 1917, el proceso eruptivo había terminado.

Según el Marn, en la actualidad el sistema magmático del volcán de San Salvador se considera como un reservorio que se encuentra con una presión inferior a la del medio que la rodea, es decir en situación estable. Sin embargo, no se puede descartar una reactivación futura.