Comenzaban su día laboral en la Ruta 144, ayer a las 4:35 de la madrugada en el cantón La Esperanza, en San Pedro Perulapán, Cuscatlán, cuando el motorista y su cobrador fueron abatidos a tiros.
Como resultado, el cobrador José Alberto Carpio López, de 44 años, murió, mientras el motorista y un pasajero resultaron lesionados, informó la Policía.
Con este ataque, ya son 25 los que se registran en el año, que ha dejado el asesinato de 12 empleados del transporte y 10 pasajeros, así como cuatro heridos y un una unidad incendiada, según Fecoatrans.
En el caso de San Pedro Perulapán, las víctimas quedaron a unos 500 metros de sus casas y a un kilómetro de la meta de donde saldrían con el primer viaje, dijo la Policía.
El motorista y el pasajero fueron auxiliados de inmediato por una patrulla policial y llevados al hospital de Cojutepeque. “Todavía no tenemos el móvil del hecho, será en el transcurso de la investigación que vamos a determinarlo”, afirmó un inspector quien no quiso identificarse.
Agregó que este ataque ocurrió a pesar de la permanencia de integrantes de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada. Según el oficial este asesinato no tiene otra explicación que las rivalidades que existen entre pandillas en cantón La Esperanza.
“Es una zona donde hay rivalidades entre ambas estructuras, y esta muerte es producto de esas rivalidades”, subrayó.
El inspector dijo no tener información que le refleje cómo fueron interceptadas y atacadas las víctimas.
Un vecino puntualizó que el ataque pudo haber sucedido por envidia a las víctimas, pues en al menos dos ocasiones el cobrador había sido amenazado. La última vez fue el día de las elecciones, 1 de marzo, aunque el lugareño no dio detalles por temor.
Con este asesinato, ya son 15 los que se registran en San Pedro Perulapán en el año.
En cantón La Esperanza había pánico y terror por este asesinato, además por la magnitud del hecho, pues, según un vecino, primero se escucharon disparos intercalados, pero después fue una ráfaga.
Algunos sostienen que habrían utilizado un fusil M-16 y escopetas.
El autobús tenía varios orificios de proyectiles sobre todo en la puerta lateral derecho e izquierda y en el sitio donde viajaba el cobrador y el motorista. Varios lugareños no contestaban preguntas de los periodistas por las advertencias de las maras: ver, oír y callar.