Hay muchos crímenes atroces que no dejan de sorprender por la brutalidad en la que fueron cometidos, pero estos se vuelven aún más difícil de comprender si son cometidos por niños.
A lo largo de la historia se han conocido casos de múltiples asesinatos cometidos por menores de edad y la barbarie con la que se han llevado a cabo. La falta de remordimiento, culpa o emociones conmocionan a las sociedades y representan una incógnita para la ciencia.
Para Alex Grandío, psicólogo forense, estas conductas son propias de psicópatas, quienes son personas incapaces de seguir normas sociales y compartir emociones.
“Los psicópatas no han desarrollado una conciencia ni hábitos de respeto por las leyes y las normas que evitan que el resto de personas perpetren actos antisociales”, dice en su artículo Psicopatía: ¿qué ocurre en la mente del psicópata?
Los cinco casos a continuación reflejan lo despiadado que pueden ser los niños y niñas que tiene trastornos psicópatas:
Natsumi Tsuji
En 2oo4 tenía 11 años, era aficionada de las películas de terror y violencia, creó un blog y pronto se convirtió en un referente en Internet. Ella era una niña aplicada a sus estudios y con buenas notas, pero el acercamiento al mundo del terror la convirtió poco a poco en una niña agresiva.
Un día se peleó con su mejor amiga y se distanciaron, tiempo después se volvió acercar a ella y con engaños la llevó al jardín de la escuela e hizo que se vendara los ojos.
Luego le desgarró los brazos y le cortó la garganta. Natsumi fue capturada y procesada por asesinato en primer grado, el jurado le impuso una sentencia de nueve años. Ahora estaría en libertad y viviendo bajo una nueva identidad. El crimen conmocionó a todo Japón, sobre todo cuando se reveló que solo tenía 11 años.
Amarjeet Sada
Nació en 1998 y con apenas 8 años se convirtió en asesino, fue arrestado en la India en 2007 y procesado por el asesinato de tres niños.
Una de las víctimas era su hermana de seis meses de vida y el segundo fue un primo que tenía tres años. Lo sorprendente de este caso es que los padres se dieron cuenta de los dos primeros crímenes y lo encubrieron. Los vecinos se dieron cuenta, pero tampoco dijeron nada.
Sin embargo, un tercer caso fue intolerante para la comunidad porque cuando desapareció una bebé de seis meses los vecinos sospecharon de él inmediatamente, ya que conocían el instinto asesino que tenía.
La comunidad denunció el caso y cuando fue arrestado confirmaron que él había asesinado a la bebé.
En una entrevista la policía declaró que cuando Amarjeet fue interrogado, el niño sonreía mucho y pedía galletas.
Finalmente admitió haber acabado con la vida de los tres pequeños, el último fue golpeado con un ladrillo hasta que murió.
La evaluaciones psiquiátricas revelaron que sufre el trastorno de conducta y no sabe reconocer el bien del mal, además que siente placer al infligir dolor a los demás.
En la Inda un menor de edad no puede ser sentenciado a muerte o enviado a prisión, pero sí ser enviado a un instituto hasta que cumpla los 18 años.
Mary Bell
A unas cuantas horas de cumplir los 11 años la historia de Mary conmocionó al mundo entero porque a su corta edad ya sumaba dos crueles asesinatos y una serie de maltratos a animales.
Con una historia familiar conflictiva donde la madre intentó matarla en más de una ocasión, incluso cuando estaba en el vientre, era cuestión de tiempo para que todo el rencor que guardaba explotara de la peor forma.
Así fue cuando el 25 de mayo de 1968 decidió llevar a Martin Brown, un niño de 4 años a una casa abandonada. Ahí lo estranguló hasta la muerte, lo mutiló, escribió sus iniciales MB en el abdomen y cortó sus testículos.
Luego empezó a dejar mensajes en las paredes como “yo asesiné, así que tal vez vuelva”, pero nadie prestó atención. También se unió a las brigadas de búsqueda que los vecinos organizaron para encontrar al pequeño e incluso le dijo a la madre dónde podían encontrarlo, pero tampoco tomaron importancia.
Días después encontraron el cadáver justo en el lugar que ella había señalado y ni aún así sospecharon de ella. Incluso asistió al funeral de su víctima.
Así pasó el tiempo, y en julio de 1968 cometió su segundo asesinato. La víctima fue Brian Howe, un niño de 3 años que fue golpeado con una piedra, estrangulado, sus genitales fueron mutilados y varios mechones de su cabello arrancados.
Las autoridades no tardaron mucho en vincular los dos homicidios de los pequeños por la manera en que se cometieron, las marcas en el cuello y la saña con la que trataron los cuerpos.
Además, resultó extraño el descubrimiento de los mismos mensajes, la asistencia de Mary a los funerales de los niños, con quienes nunca había tenido relación, y las preguntas incómodas que hacía a las familias dolientes.
Finalmente la policía terminó descubriendo que ella era la asesina de los dos pequeños. Especialistas psiquiatras la diagnosticaron como psicopatía y fue condenada a prisión indefinida.
Sin embargo, tras conocer la terrible historia familiar y los maltratos, abusos sexuales y drogas a las que fue sometida desde pequeña, decenas de personas pidieron que fuera liberada; después de cumplir una condena de 12 años las autoridades británicas le otorgaron un nuevo nombre y le garantizaron el anonimato mandándola a otra parte de Inglaterra.
“No la veo como una niña de 10 años, para mí es la persona que mató a mi hijo”
La menor de edad es acusada de causar la muerte de un bebé se seis meses.