Maggie Montoya, trabaja como técnica de farmacia en el supermercado King Soopers en Boulder, Colorado, donde el lunes se registró el tiroteo que dejó 10 muertos . En una entrevista con CNN y la radio Colorado Public (CPR) habló sobre el terror que se apoderó en el lugar tras el ataque y cómo logró sobrevivir.
La mujer, de 25 años, dijo que en un principio fue su jefe quien alertó que había un tirador adentro de la tienda por lo que ella entró a una habitación con puerta metálica tratando de resguardarse. Durante los siguientes 10 minutos fue cuando se habría disparado el mayor número de balas, luego quedó todo en silenció, narró.
Montoya recuerda haber escuchado a la policía hablar por altavoz donde alertaron al atacante que el edificio estaba rodeado, según la sobreviviente el hombre respondió "Estoy desnudo, me rindo". Luego de 20 minutos los agentes ingresaron al establecimiento y tras indicarle que se rindiera el tirador volvió a repetir: "Estoy desnudo, me rindo".
Tras ser detenido el hombre fue identificado como Ahmad Alissa, de 21 años, es residente de la localidad de Arvada, en la misma localidad y estudia Ciencias de la Computación en la Universidad Metropolitana de Denver. En su perfil de Facebook señala que estudió en Arvada West High School.
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La Policía dijo en conferencia de prensa que “ha vivido la mayoría de su vida en Estados Unidos”, y es un aficionado a a la lucha libre.
Imágenes difundidas en directo durante la operación habían mostrado a un hombre vestido únicamente con un pantalón corto deportivo y manchado de sangre siendo escoltado por los agentes fuera de la tienda.
Un sospechoso detenido es la única persona con “heridas serias en este punto”, dijo el comandante de la policía Kerry Yamaguchi. El hombre estaba armado con un fusil de asalto AR-15, un arma con frecuencia usada en los tiroteos.
Las autoridades han señalado que compro el arma seis días antes del ataque.
A pocos minutos de ser alertados, el Departamento de Polocía llegó al lugar donde se observaron decenas de vehículos blindados y ambulancias, incluyendo agentes del FBI y del SWAT.
Una media docena de policías armados con fusiles de asalto se subieron al techo de la tienda con la ayuda de un camión de bomberos que desplegó su escalera.