Los talibanes llamaron a su puerta tres veces, finalmente la asesinaron por no tener comida que darles

El violento ataque fue denunciado por la hija mayor de la víctima. Ocurrió en un poblado de la provincia de Faryab, que ahora se encuentra bajo el dominio de los islámicos extremistas.

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Imagen de referencia. “Están imponiendo severas restricciones a los derechos humanos en las zonas bajo su control, especialmente dirigidas a las mujeres”, ha avisado Foto AFP

Por Agencias / I. Parada

2021-08-17 8:55:40

Un caso en particular ha estremecido al mundo por la violencia con la que los talibanes se imponen en las provincias de Afganistán. “Najia”, como ha sido nombrada para resguardar la identidad de su familia, era una mujer de 45 años que vivía en la provincia de Faryab junto a sus cuatro hijos, cuando los extremistas tocaron a su puerta exigiendo comida y agua, pero la pobreza de la mujer le impedía cumplir con lo que el grupo de 15 talibanes demandaban, por lo que la asesinaron frente a su familia.

La hija mayor fue quien expuso el caso a la cadena de noticias CNN, usando un nombre falso “Manizha”. Los combatientes talibanes se presentaron a la casa exigiéndole que cocinara para ellos y les diera de beber a un grupo de aproximadamente 15 hombres; sin embargo, Najia sostenía una familia de escasos recursos y no podía dar lo que le exigían, los hombres se presentaron a su puerta tres noches seguidas y recibieron la misma respuesta.

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La cuarta noche Najia sabía que no podía continuar negándoles comida a los extremistas, por lo que tenía miedo de su llegada, los combatientes se presentaron una cuarta vez y fue la hija mayor de la víctima quien salió, pero los sujetos ante la negativa se abalanzaron contra Najia propinándole una paliza hasta que dejarla tirada en el suelo mientas suplicaba por su vida.

“Mi madre les dijo: ‘Soy pobre, ¿cómo se supone que les daré de comer?’. Los talibanes comenzaron a golpearla. Mi madre colapsó y la golpearon con sus armas AK47”, dijo Manizha.

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Ante los gritos los hombres se detuvieron por un momento, señaló la testigo; sin embargo, no satisfechos uno de los hombres activó una granada y la arrojó en la habitación contigua, las llamas comenzaron a consumir la vivienda rápidamente por lo que todos salieron, todos excepto Najia quien falleció en el piso a raíz de las lesiones sufridas.

Como era de esperarse los talibanes negaron las atrocidades y el asesinato de Najia en aquel pequeño pueblo del norte del país en crisis; sin embargo, testigos de aquella provincia confirmaron la muerte de una mujer de 45 años a manos de los extremistas islámicos, los restos de su casa reducida a cenizas son prueba de los abusos.

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Una de las testigos que accedió a hablar con la cadena de noticas CNN, recalcó el miedo y la angustia que viven miles de mujeres en las provincias de Afganistán, ya que un gran porcentaje de estas son viudas de soldados que fallecieron al servicio del gobierno anterior, hombres que perdieron la vida combatiendo a los talibanes. Estas mujeres se habían dedicado a comerciar leche de animales que ellas mismas crían en sus casas, pero esta es una de las actividades recientemente prohibida por los talibanes. La testigo señaló “No tenemos hombres en casa, ¿qué vamos a hacer?”

Prohibición a las mujeres de estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa (los talibanes han convertido las escuelas para niñas en seminarios religiosos)
Foto AFP

La vida bajo el poder talibán

Profesionales, lideres, activistas y mujeres con incursión en la política en Afganistán ven con temor como los derechos que habían ganado algo de terreno en los últimos 20 años se fueron de golpe, con el regreso de los talibanes a Kabul.

Las mujeres son quienes sufren el mayor abuso por parte del poder de los radicales que imponen la estricta Ley islámica a su paso.

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En 2001 se había puesto fin del denominado Emirato Islámico, bajo el que las mujeres no podían ni estudiar, ni trabajar, entre muchas otras prohibiciones, en este punto las mujeres habían recuperado muchas de sus libertades y gozaban de vidas más inclusivas.

En los últimos días se ha visto como los talibanes aplican nuevamente una estricta interpretación religiosa según la cual básicamente las mujeres no pueden tener ningún tipo de vida pública, ocultas de los ojos de cualquiera que no sea su marido o guardián varón, e imponiendo castigos ante el incumplimiento que van desde azotes, mutilaciones hasta lapidaciones públicas.