Zabihullah Mujahid, vocero de los talibanes, dijo durante una entrevista con un medio estadounidense que la música en público está prohibida en Afganistán durante su régimen y habló sobre las restricciones a las mujeres.
Durante la entrevista con The York Times rechazó además los temores de que vuelvan a implementar los duros controles para las mujeres de cuando gobernaron hace 20 años, entre 1996 y 2001, bajo un régimen estricto del islam.
Mujahid señaló que buscarán "convencer" a la gente en lugar de obligarles a cumplir sus restricciones.
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Las mujeres pueden salir de sus casas solas para ir a la "escuela, la universidad o al hospital" y solo deberán ser acompañadas por un hombre en viajes de más de tres días, agregó.
Las prohibiciones y duras restricciones a las que se han visto sometidas las mujeres afganas con el régimen talibán han vuelto a ser motivo de preocupación internacional luego de que este grupo tomara otra vez el control de Afganistán hace casi dos semanas.
Las mujeres no podían trabajar ni salir sin estar acompañadas por un pariente masculino cercano, y se prohibía que trabajaran o que estudiaran. Las mujeres tampoco podían cerrar tratos con comerciantes masculinos, ser atendidas por doctores masculinos y en público siempre debían aparecer con un largo velo (burka), que las cubre de la cabeza a los pies, entre otros.
A pocos días de entrar al poder, los talibanes ordenaron a las mujeres no salir de sus casas, no asistir a sus trabajos o universidades pues no podían garantizar su seguridad frente a los combatientes del talibán. Mujahid señaló que las mujeres dentro poco podrán ir retomando sus actividades.
El 15 de agosto, los talibanes recuperaron el control de Kabul con la entrada de sus combatientes en la capital sin encontrar resistencia, mientas el presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonaba Afganistán para evitar “un derramamiento de sangre” entre la población.
El pánico estalló, y las autoridades afganas pidieron a todos los funcionarios que abandonasen sus puestos de trabajo y fueran a sus hogares, mientras cerraban tiendas y bancos, con el tráfico paralizado por grandes atascos.
Los talibanes, que previamente habían asegurado que no entrarían en Kabul hasta que se produjera una transición de poder pacifica, insistieron en que la población “no debe temer a los muyahidines” no obstante la comunidad internacional ha venido señalando su preocupación ante la violación de derechos humanos.