Sin aislamiento social ni cierre de escuelas, la cuestionada estrategia de Suecia frente al coronavirus

La nación nórdica ha tomado medidas menos restrictivas, a diferencia de otros países, sus ciudadanos pueden salir

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Entre las medidas más estrictas se encuentra la prohibición de reuniones de más de 50 personas y las visitas a las residencias de ancianos. Foto AFP

Por N. Hernández / Agencias

2020-04-08 1:48:15

A contracorriente de la mayoría de los países, que confinan a la población en sus casas para luchar contra el nuevo coronavirus, Suecia optó por otra estrategia que excluye el cierre de escuelas, restaurantes y bares.

Esta estrategia distinta y solitaria provoca un debate ya que algunos temen que Suecia no haga los suficiente para proteger a la población.

“No podemos permitirnos repetir en Suecia la desesperación humana de Wuhan y Bérgamo. Sería una apuesta violatoria del principio fundamental de la sociedad, el que establece que cada individuo tiene un valor propio”, afirmó el director del diario de referencia sueco Dagens Nyheter, al pedir medidas más severas y la generalización de los test del nuevo coronavirus.

Horas más tarde, el primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Lofven, se dirigió a la población a través de la televisión para exhortar a los suecos a ser responsables y cumplir con las recomendaciones del gobierno, que insiste en el teletrabajo y el distanciamiento social.

El gobierno recomienda también a las personas “con riesgo” permanecer en su domicilio. Las reuniones de más de 500 personas están prohibidas (en Alemania el tope máximo son dos personas), los liceos y las universidades están cerrados, pero para el resto la vida continúa normalmente.

Ante las preguntas de los medios de comunicación, el gobierno justifica su política diciendo que se limita a seguir las recomendaciones de la Agencia de Salud Pública.

Las autoridades sanitarias insisten que las personas que deben quedarse confinadas son los ancianos, no los niños, razón por la cual aún no decretó el cierre de las escuelas.

“Cuando la Agencia de Salud Pública solicite al gobierno que tome una decisión en ese sentid, lo haremos rápidamente”, dijo a mediados de marzo la ministra sueca de Salud, Lena Hallengren, chasqueando los dedos.

Todos no tienen tanta confianza en las autoridades sanitarias suecas como el gobierno.

Hasta el momento no se ha prohibido visitar restaurantes, bares y las escuelas primarias siguen abiertas. Foto AFP

Varios expertos y personalidades públicas acusaron a la Agencia de Salud Pública de poner en peligro la vida de la gente.

Suecia rechazó las críticas por su respuesta, considerada poco contundente, ante el brote del nuevo coronavirus del que se han reportado 6,000 casos y 333 muertos en el país.

“No, no es una situación normal en Suecia”, dijo la ministra de Salud, Lena Hallengren, a la prensa internacional esta semana.

Suecia, con uno de los sistemas de bienestar más protectores del mundo, ha sido acusada en las últimas semanas tanto fuera como dentro del país, de poner en riesgo la vida de sus ciudadanos por no tomar medidas más contundentes para frenar la propagación de la COVID-19.

A diferencia de otros países europeos, Suecia no ha decretado confinamiento y se ha limitado a hacer recomendaciones a sus ciudadanos para que cada uno “asuma su responsabilidad” y siga las consignas.

Hallengren, quien junto a la viceprimera ministra Isabella Lovin y la canciller Ann Linde se reunieron con la prensa internacional, subrayaron que Suecia ha adoptado una serie de medidas y está preparada para adoptar más si fuera necesario.

Las personas de más de 70 años y los grupos de riesgo han recibido la consigna de evitar el contacto con otras personas, y las instituciones educativas superiores tienen la recomendación de que realicen las clases a distancia.

También ha adoptado medidas económicas para reducir el costo de las licencias médicas y ha recomendado el teletrabajo y el aislamiento al menor síntoma del nuevo coronavirus.

Entre las medidas más estrictas se encuentra la prohibición de reuniones de más de 50 personas y las visitas a las residencias de ancianos.

Las ministras hicieron hincapié en que las recomendaciones están teniendo un efecto visible.

“Cada uno es responsable de su propio bienestar, del de sus vecinos y de su propia comunidad. Esto se aplica en situación normal, y se aplica en tiempos de crisis”, dijo Linde, que insistió en que la confianza es la base de la estrategia sueca.

Sin embargo, no todos opinan lo mismo. Marcus Carlsson, un matemático de la Universidad de Lund, acusó a las autoridades de estar jugando a la “ruleta rusa con la población” en un vídeo colgado en YouTube que es citado por medios como The Guardian.

Un estudio publicado la semana pasada en la revista médica The Lancet, titulado “COVID-19: Aprendiendo de la experiencia”, decía que “ahora parece demostrarse que hubo un error de juicio en la respuesta lenta que inicialmente dieron países como Gran Bretaña, Estados Unidos y
Suecia”.

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