“Sigue haciendo ruido sobre la muerte de mujeres trans y serás la próxima” decía amenaza a testigo en asesinato a una mujer trans en México

En México, mujeres trans piden justicia frente a impunidad.

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México se ha convertido el segundo paí­s más letal para las transexuales. Foto EDH/archivo

Por EFE

2019-09-10 10:57:17

Meses después de ser testigo del asesinato de una amiga, Kenya Cuevas recibió en su casa una corona de flores a su nombre. El mensaje estaba claro: sigue haciendo ruido sobre la muerte de mujeres transexuales y serás la próxima.

México se ha convertido el segundo paí­s más letal para las transexuales, por detrás de Brasil, con 261 asesinadas entre 2013 y 2018, según un estudio reciente de Letra S, un grupo de derechos LGBTQ.

Andrés Manuel López Obrador, quien asumió la presidencia de del país el 1 de diciembre, prometió que su gobierno llevará a cabo investigaciones efectivas? sobre los delitos de odio contra la comunidad LGBTQ, pero la horrible tendencia se mantiene. Dieciséis mujeres transexuales fueron reportadas muertas en los cuatro primeros meses de 2019, y al menos seis más fueron asesinadas desde entonces, según un conteo de The Associated Press de los casos recogidos en la prensa local.

Como la mayorí­a de los delitos en México, casi todas esas muertes quedan sin resolver y sin castigar, menos de un 3% de los asesinatos de personas LGBTQ derivaron en condenas desde 2013. Así­ que los lí­deres y activistas de la comunidad transgénero están prácticamente solos en su búsqueda de una justicia que se les ha negado durante años.

Cuevas se pasó al activismo el 29 de septiembre de 2016. Esta noche, su amiga Paola Buenrostro, quien como ella era una prostituta transexual, se subió en el Nissan de un cliente y fue baleada varias veces. Cuando Cuevas corrió hacia el lado del copiloto del auto, el hombre la apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. El arma se atascó.

Cuevas lo agarró y lo retuvo hasta que llegó la policía, y para entonces ya había comenzado a grabar con su celular. Pero a pesar de los múltiples testigos del homicidio y del vídeo de Cuevas, el hombre quedó libre unos días más tarde.

Indignada, Cuevas dejó poco después la prostitución y fundó la organización Casa de Muñecas para hacer campaña en favor de la protección a las transexuales. Ahora es una de las activistas más conocidas entre un creciente coro de mujeres que buscan un cambio del gobierno mexicano.

Después llegaron las amenazas de muerte. Cuevas tiene ahora cámaras de seguridad instaladas en su casa y está acompañada por dos guardaespaldas gracias a un programa gubernamental que trata de proteger a periodistas y activistas.

“Cuando pasó lo de Paola, yo me manifesté y lo hice en público, pidiendo justicia todo el tiempo, dijo Cuevas. No quiero trato especial. Solo que me den justicia. Hagan su chamba.

Según Lina Pérez, presidenta de la organización Cuenta Conmigo, de apoyo a la comunidad LGBTQ, las transexuales asesinadas rara vez recién justicia porque las autoridades suelen ignorarlas.

“Es más fácil la impunidad porque las mismas personas que ejercen la ley creen que son enfermos?, manifestó Pérez.

Las activistas señalan sin embargo algunas victorias en los últimos años. Una importante se produjo en 2014, cuando Ciudad de México se convirtió en pionera en el paí­s al permitir que los transexuales cambien su género y nombre en su certificado de nacimiento, una ley que desde entonces ha sido adoptada en seis de los 31 estados.

Este cambio estuvo impulsado en parte por el grupo activista ProDiana, encabezado por Diana Sánchez Barrios.

Antes de la ley, los transexuales tenían que recurrir a costosos procedimientos judiciales para cambiar sus documentos identificativos, explicó Sánchez Barrios. Hace una década, ella se vio obligada a pasar comprobaciones sobre su estado mental, a proporcionar una letaní­a de testigos de varias etapas de su vida y a gastar miles de dólares para cambiar legalmente su nombre y su género.

“Es como si estuvieras en juicio solo por ser una mujer trans, apuntó.

Alrededor de 4,000 mujeres trans modificaron su documentación a raíz de la ley de la Ciudad de México, pero la violencia persiste.

“Somos siempre los más vulnerables. Somos el blanco perfecto para la discriminación, dijo Sánchez.

ProDiana busca ahora reformas institucionales para evitar la discriminación en áreas clave del gobierno como la policía.

Según Sánchez, la policía “no ha sido una gran aliada para las mujeres trans”. La activista describió años de extorsión y violencia a manos de agentes que se supone que deben proteger a los ciudadanos.

La vulnerabilidad es una constante en las vidas de las mujeres transexuales, que a menudo son rechazadas por sus familias y se ven abocadas a la calle. Tanto Cuevas como Sánchez se escaparon de sus casas cuando eran muy jóvenes para iniciar su proceso de transición.