Una mujer sostiene un cartel que dice “No al eterno Putin” mientras protesta contra las enmiendas a la Constitución de Rusia en la Plaza Pushkinskaya en el centro de Moscú. Foto / AFP
Tras una semana de votaciones, los últimos centros cerraron a las 20:00 locales (18:00 GMT) en el enclave de Kaliningrado.
La votación estaba prevista en abril, pero se aplazó debido a la pandemia de coronavirus. Para evitar un exceso de afluencia a los colegios electorales sin por ello afectar a la participación, la consulta se llevó a cabo del 25 de junio al 1 de julio.
Putin votó en Moscú por la mañana, sin mascarilla, a diferencia de un asesor. La participación era de 56.28% a las 08:00 GMT.
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No había muchas dudas sobre el resultado del referéndum porque las reformas ya habían sido aprobadas por el poder legislativo al comienzo de este año y además el nuevo texto de la Constitución ya estaba en venta en las librerías.
El martes, Putin se dirigió a los 110 millones de votantes para pedirles que garanticen la “estabilidad, la seguridad y la prosperidad” de un país que presume de haberse reconstruido después del caos que siguió a la caída de la Unión Soviética.
“La soberanía de Rusia depende de nuestro sentido de responsabilidad”, agregó.
Putin no hizo referencia a la enmienda más significativa, la que le permite permanecer en el Kremlin hasta 2036, el año en que cumplirá 84 años.
Según el derecho vigente, debería dejar la presidencia en 2024, al final del mandato actual.
En junio juzgó necesario este cambio para que el país no se pierda en “una búsqueda de posibles sucesores”. Otras reformas introducen principios conservadores y patrióticos.
La votación se dio en un momento en el que la popularidad del presidente ruso cae, tras una criticada reforma de las pensiones y la crisis del coronavirus.
Conservadurismo
“Algunos votantes nos dijeron claramente que en su trabajo les obligaron a venir” dijo a la AFP un asesor de un colegio electoral en el noroeste de Rusia que pidió el anonimato.
Sobre este asunto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, mencionó “problemas aislados”, pero dijo que no “amenazan la credibilidad del resultado”.
Aparte de la cuestión de los mandatos, las enmiendas refuerzan algunas prerrogativas presidenciales, como los nombramientos y el despido de jueces.Y se incluyen otras medidas, como la inclusión en la Constitución de la “fe en Dios” y el matrimonio como institución heterosexual.
También se añaden principios sociales como la garantía del salario mínimo y la revisión de las pensiones según la inflación.
Se incorpora en el texto a los niños como “la prioridad más importante de las políticas públicas”, a los que el Estado debe inculcarles “patriotismo, civismo y respeto por los ancianos”.