Obreros salvadoreños en EE.UU. envían cada vez menos remesas

El sector de la construcción que se ha mantenido activo durante el período de la emergencia por coronavirus en el Área Metropolitana de Washington y otras regiones de Estados Unidos da oxígeno a la economía familiar y todavía envías remesas a El Salvador aunque en menor volumen por la incertidumbre.

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Por Tomás Guevara

2020-06-06 11:01:22

Los salvadoreños Maudiel Rivera, de Chirilagua, San Miguel, al igual que Osmín Parada, de Chapeltique y Daniel Valencia, de Corinto, Morazán tienen algo en común: son trabajadores de la industria de la construcción y residen en el Área Metropolitana de Washington donde las obras no han parado a pesar de la pandemia del coronavirus.

Estos compatriotas, a pesar de ver una leve baja con algunos días parados, para mientras se adecuaban las medidas de prevención para seguir las obras en los proyectos constructivos, dadas las restricciones impuestas por las autoridades de Maryland, Virginia y el Distrito de Columbia, se mantienen en labores al considerar el sector como esencial.

La responsabilidad de mantener a flote la economía familiar ha caído en sus hombros, ya que otros miembros han quedado parados. Estados Unidos contabiliza ya más de 40 millones de desempleados a raíz de la pandemia; esto sin incluir a los indocumentados que por carecer del derecho a pedir beneficios por desempleo no son contabilizados en el sistema.

Por efecto del Covid-19 la tasa de desempleo en la primera potencia mundial ya rozaba el 14.7, en abril un indicador nada alentador al compararlo con el acumulativo de desempleados más alto incluso que el que produjo la Gran Depresión en la década de 1930, lo que preocupa desde los tomadores de decisión hasta el seno de la familiar donde se vive en carne propia ese impacto.

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Maudiel Rivera comenta a El Diario de Hoy, que las primeras dos semanas cuando se entró en emergencia esta región de Estados Unidos, a mediados de marzo, en la ciudad de Gaitherburg, Maryland, donde trabaja como pintor, se quedaron en paro, pero reiniciaron labores. Esos ingresos le han permitido salir a flote con los gastos regulares.

No obstante, los $400 dólares que enviaba en concepto de remesas a El Salvador para el mes se han reducido a la mitad porque hay que garantizar tener el disponible para enfrentar el pago de la renta y alimentación en caso de que la situación no mejore y el sector en que trabaja también se vea afectado en un futuro cercano.

“El trabajo ha bajado, aunque seguimos yendo, pero menos horas y todo está más lento, así que hay que medirse más con todo, el mes pasado ya solo pude mandar $200, como tenía que pagar la renta y la comida y otros miembros de la familia no están trabajando”, comenta Maudiel.

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Osmín Parada, quien reside en Alexandria, Virginia, y trabaja como obrero en la construcción, agrega que si bien se mantienen activos, normalmente para la primavera las jornadas pueden extenderse hasta 10 horas para avanzar en las obras con los tiempos estipulados, pero durante la larga emergencia hay días que se quedan parados, no solo por las lluvias, sino porque toda la cadena de trabajo está más lenta.

Sin embargo, se siente agradecido de estar trabajando y poder mantener los ingresos de la familia; su esposa ha quedado sin trabajo, con lo que todo la responsabilidad de mantener a flote a la familia ha recaído sobre él, y también la de ayudar a la familia en El Salvador que está necesitada ante la aguda situación en el país.

“Ahí estamos ayudando en lo que se puede, y la verdad que uno es afortunado de estar trabajando, porque hay cantidad de gente que la está pasando muy mal porque han cerrado los trabajos, por ahora a hacer frente y ver como vamos saliendo de esta”, comenta este compatriota.

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Para Daniel, la situación en su trabajo no ha cambiado drásticamente, en especial porque el invierno que recién finalizó fue bastante más cálido, sin nevadas ni muchas lluvias, que en otros años solía ser más lenta la estación; lo que permitió trabajar más días durante la temporada, pero hoy con la situación de coronavirus hay que lidiar el doble para seguir laborando.

En primavera, trabajos como el suyo en exteriores, cuando hay mucha lluvia suelen tener muchos días libres, pero con el Covid-19 se agrega otra preocupación, aunque también se siente agradecido de mantener las ayudas a la familia en Morazán, pero haciendo conciencia de economizar los recursos en vista del futuro cercano.

La incertidumbre sobre la recuperación económica es una de las preocupaciones de los trabajadores, pero también para los tecnócratas de la economía. Las estimaciones sobre la caída de remesas para la región centroamericana no son alentadoras: un estudio del Departamento de Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano ha estimado -al cruzar datos de diferentes agencias- predijo que la caída para los países del triángulo norte, El Salvador, Guatemala y Honduras, podría rondar un 14 por ciento menos, que en 2019.

Esto al estimar que el desempleo entre los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos podría igualarse al 14% en que se ha ubicado la escala nacional, en total estimó Manuel Orozco, unos 10 millones de inmigrantes quedarían sin empleo.

El sector de la construcción experimentaba hasta el principio de este año un recio crecimiento con la contratación de más mano de obra calificada, sobre todo al acercarse la temporada de primavera y verano cuando le sector tiene que aprovechar las estaciones más cálidas para avanzar con proyectos contratados.

Nicole Quiroga, presidenta la Cámara de Comercio Hispana de Washington, comenta que el sector de la construcción “sigue robusto y necesita mucha gente para trabajar”, en especial porque este es una industria que trabaja con contratos adelantados, sobre todo en la construcción de grandes obras como edificios comerciales o de oficinas, e infraestructura pública.

Sin embargo, para los bolsillos de las familias salvadoreñas trabajadoras del área de la capital estadounidense en este momento la prioridad es salir a flote con las responsabilidades del costo de vida, y de apoyar en lo posible a sus familiares en El Salvador con las ayudas de remesas, aunque estas sean menores a los montos acostumbrados.

Maudiel, Osmín y Daniel ven con optimismo, y esperan que al pasar lo peor de la pandemia, la vida vaya volviendo poco a poco a la normalidad y los trabajos se recuperen, aunque el período más crítico para las remesas según las estimaciones de los expertos será entre abril y septiembre de este año, cuando la caída sea más sensible, dadas las predicciones del comportamiento del patógeno.