“Hagamos grande a Estados Unidos” (Make America Great Again), fue la consigna que el magnate Donald Trump tomó prestada del exmandatario Ronald Reagan y con la que encabezó su exitosa campaña presidencial en 2006.
Cuatro años más tarde, busca la reelección con su eslogan adaptado a “Mantengamos grande a EE. UU.”
Pero su victoria luce cuesta arriba, al menos de momento. Diferentes mediciones de opinión lo muestran varios puntos porcentuales abajo de su rival, el demócrata Joe Biden, quien fue vicepresidente de Barack Obama en sus dos periodos, de 2009 a 2017.
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Según el sitio FiveThirtyEight, encabezado por el matemático Nate Silver, al 17 de junio Biden llevaba una ventaja de 9.2 puntos porcentuales sobre el presidente actual.
Esta diferencia se obtiene al promediar las encuestas más serias de todos los estados que tienen sondeos significativos. FiveThirtyEight pondera la calidad de cada medición, el tamaño de su muestra y qué tan reciente es para su promedio final.
Cabe destacar que este sitio se ha vuelto una referencia muy confiable, y en las últimas elecciones presidenciales ha sido de los primeros en confirmar las tendencias irreversibles gracias a sus modelos matemáticos.
No gana quien tiene más votos…
Debe hacerse una salvedad: el sistema electoral en Estados Unidos no da la victoria necesariamente al que obtiene más votos. El sistema ahí es indirecto y gana la elección quien obtenga más distritos (al menos 270 de 538 colegios electorales), cuyo número es proporcional a la población de cada estado. Estados grandes tienen más colegios, como California, con 55, o Texas con 38. Y los más chicos, como Alaska, Delaware o Montana tienen tres.
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Hay estados donde las diferencias entre partidos son muy grandes. En Massachusetts, por ejemplo, es virtualmente imposible que gane un republicano, tanto como en Alabama es casi asegurada su victoria.
La medición de FiveThirtyEight hace especial énfasis en los estados de mayor contienda(en inglés, “Swing States”) que definen la elección. En estos, la diferencia ya no es tan abultada. En Florida, la distancia es de 6.9%, en Pennsylvania, de 5.3% y Ohio muestra un tímido 2.7% de ventaja para Biden.
Su suerte, sin embargo, no está echada. Si la diferencia se estrecha y si estos estados “dan vuelta” a Trump, su reelección es casi segura.
El semanario británico The Economist tiene un modelo que busca predecir colegios electorales. En estos, Biden tiene una ventaja de 339 sobre 199 de Trump. El “número mágico” es 270.
Puntos débiles
Al deseo de reelección de Trump le juega en contra el impacto del COVID-19, así como el auge de protestas contra el racismo y la brutalidad policial, temas donde no se ha mostrado firmemente en contra.
Para capitalizar esto, se espera que Biden anuncie como compañera de fórmula a una mujer de color.
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Asimismo, Trump tiene en su contra un primer periodo lleno de improvisaciones en política doméstica e internacional, acusaciones de nepotismo y un juicio político en su contra, el cual fue infructuoso pero políticamente dañino.
De no corregir el rumbo, podría ser el primer presidente desde George Bush padre (1989-1993) en no lograr reelegirse. Este perdió contra el demócrata Bill Clinton.
A Biden le afecta que la economía tenga buen desempeño y escándalos del pasado, como acusaciones de abuso sexual. Además le golpea verse como un político de “vieja guardia”, en momentos en que el mensaje antipolítico de Trump sigue siendo muy llamativo.
Además, tiene 76 años. Su edad también puede jugarle en contra, en un país acostumbrado a apostar a la figura del “hombre fuerte”.