El papa Francisco conmemoró este Viernes Santo la Pasión del Señor con una ceremonia en la Basílica de San Pedro del Vaticano como acto previo a lo que será el Viacrucis.
La ceremonia comenzó cuando el Papa se postró bajo el altar papal, debajo del que se cree que reposan los restos de San Pedro, y permaneció durante unos minutos orando en silencio.
Después Jorge Bergoglio se sentó en un trono frente a la escultura de San Pedro y así permaneció en silencio, escuchando la homilía del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, quien afirmó que "la fraternidad se construye exactamente como se construye la paz, es decir empezando de cerca, por nosotros, no con grandes esquemas, con metas ambiciosas y abstractas".
La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión.
Por la noche, Francisco presidirá el Viacrucis, que representa el camino de Cristo a la cruz, pero al igual que el pasado año tendrá que hacerlo en una vacía plaza de San Pedro por la pandemia de coronavirus y no el Coliseo romano, como es tradición, por ser un símbolo de la persecución y del sufrimiento de los primeros cristianos.