El largo viaje de un padre guatemalteco y su hija de siete años para llegar a Estados Unidos terminó en tragedia.
La pequeña murió de deshidratación horas después de ser detenidos por la Patrulla Fronteriza al cruzar la frontera de México, según informa el periódico The Washington Post.
El pasado 6 de diciembre la Patrulla Fronteriza detuvo a un grupo de 163 migrantes, entre los que se encontraban el padre y la niña, quienes se entregaron a los agentes en una zona al sur de Lordsburg (Nuevo México).
Según el comunicado de la Patrulla Fronteriza, la niña llevaba “varios días sin comer o consumir agua” en el momento de su detención. No queda claro si recibió alimentos o atención médica a lo largo de la noche, antes de sufrir las convulsiones.
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Nelson Flores formaba parte de la segunda caravana de salvadoreños que salió el el pasado 31 de octubre. “Yo voy a sacarlas adelante”, les repetía a su tía, prima y sobrina, la familia que ahora lo llora en El Salvador.
En la mañana del siguiente día, unas ocho horas después de su detención, la pequeña tuvo convulsiones y fue trasladada con fiebre de 41 grados a un hospital de El Paso (Texas), donde llegó con paro cardíaco. En el hospital lograron reanimarla, pero murió horas después.
La autopsia tardará algunas semanas, pero los médicos del hospital han indicado que murió de choque séptico, deshidratación y fiebre.
“Los agentes de la Patrulla Fronteriza hicieron todo lo posible para salvar la vida de la niña en las circunstancias más difíciles”, dijo el portavoz del cuerpo, Andrew Meehan, en el comunicado remitido al medio estadounidense.