¿Quieres vivir fuera de la Tierra? esta es la propuesta para habitar el planeta enano Ceres

La "mega colonia" tendría capacidad para 50,000 personas, el diseño propone un gran número de hábitats cilíndricos, de 10 km de largo cada uno.

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Esta ilustración de la NASA muestra el interior de un cilindro de O´Neill, con su propia gravedad y atmósfera artificial. Foto Rick Guidice/NASA.

Por N. Hernández

2021-01-21 4:15:40

En unos años la idea de vivir fuera de la Tierra puede dejar de ser ciencia ficción porque las agencias espaciales y algunos multimillonarios del sector privado ya están elaborando ambiciosas estrategias destinadas a conseguir el objetivo. Para facilitarnos el camino, sería fácil pensar que estas colonias espaciales podrían construirse en cuerpos espaciales cercanos a nuestro planeta como Marte porque está relativamente cerca, su atmósfera es rica en CO2 y su ciclo de día-noche es de 24 horas.

Sin embargo, las propuestas más innovadoras y ambiciosas plantean una “mega colonia espacial” en la órbita del planeta enano Ceres, el mayor de los objetos del cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, así lo revela un artículo publicado hace apenas unos días en arXiv en el que propone la construcción de un enorme hábitat flotante.

Un estudio del astrofísico Pekka Janhunen, del Instituto Meteorológico de Finlandia, describe un “mega satélite”, formado por miles de kilométicas naves espaciales cilíndricas, todas unidas entre sí por un “marco” de imanes en forma de disco y en órbita permanente alrededor de Ceres.

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La idea se basa en el diseño formulado en los años 70 por Gerard K. O’Neill donde se plantea que cada uno de estos hábitats cilíndricos tendrían capacidad para unas 50,000 personas. La atmósfera sería artificial y generaría su propia gravedad, muy similar a la terrestre y esto sería gracias a la fuerza centrífuga de su propia rotación.

Ahora bien, ¿Por qué Ceres?

Janhunen deja claro que la elección de Ceres no es un simple capricho y argumenta varias razones, entre ellas que su distancia media a la Tierra es comparable con la de Marte, por tanto viajar hasta ahí es relativamente fácil. Sin embargo, asegura que la ventaja principal es que el planeta enano es rico en nitrógeno, un gas que sería esencial para el desarrollo de la atmósfera artificial.

Además, no se debe de olvidar que la atmósfera terrestre está compuesta por cerca de un 79 % de nitrógeno y según explica, para transportarlo hasta el asentamiento orbital, junto a otras materias primas extraídas de Ceres, se podrían utilizar ascensores espaciales.

Según el investigador, esta idea también podría evitar uno de los mayores problemas que supondría una colonia sobre la superficie marciana: los efectos sobre la salud de la baja gravedad.

Megasatélites: Un disco formado por imanes mantendría conectados un gran número de hábitats cilíndricos, de 10 km de largo cada uno. Foto Pekka Janhunen

“Mi preocupación es que los niños que vivieran en un asentamiento en Marte no se convertirían en adultos sanos (en términos de músculos y huesos), debido a que la gravedad marciana es demasiado baja. Por lo tanto, busqué una alternativa que proporcionara una gravedad similar a la de la Tierra, pero que fuera también un mundo interconectado”, explicó.

¿Cómo funcionaría la colonia orbital?

Según la propuesta de Janhunen, cada uno de los cilindros del mega satélite sería capaz de producir su propia gravedad por rotación. Cada hábitat cilíndrico tendría 10 km de longitud y un km de radio, efectuando una rotación completa cada 66 segundos para generar una gravedad similar a la terrestre.

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Cada uno de los cilindros podría albergar cómodamente a unas 57,000 personas, y se mantendría en su sitio, junto a sus cilindros vecinos, gracias a potentes imanes, del estilo de los que se utilizan para la levitación magnética. La idea de Janhunen permite, además, una expansión de la colonia casi ilimitada: bastaría con ir agregando nuevos cilindros al hábitat en los bordes del disco. Según el científico, la superficie de Marte, mucho menor que la de la Tierra, “no brinda el espacio suficiente para una población significativa y una expansión económica”. En una colonia orbital en Ceres, sin embargo, “se podrían construir entre uno y millones de hábitats cilíndricos”.

Gracias a dos enormes espejos de vidrio en ambos laterales de cada cilindro, la luz solar en el interior del hábitat estaría garantizada. Los espejos tendrían una inclinación de 45 grados con respecto al disco que los alberga, de modo que reflejarían la luz hacia el interior de los cilindros. Dentro de cada uno de ellos, una parte se destinaría a la agricultura y a la plantación de árboles, plantados en un lecho de tierra de 1.5 metros de espesor obtenida a partir de materias primas del propio Ceres. La parte “urbana”, sin embargo, se iluminaría con luz artificial, de modo que se podría mantener un ciclo día/noche similar al de la Tierra.

La idea puede parecer extravagante, pero lo cierto es que tiene ya sus defensores. Entre ellos Jeff Bezos, CEO de Amazon y fundador de la compañía espacial Blue Origin, que en 2019 ya habló de la conveniencia de construir “colonias O´Neill” muy similares a las propuestas por Janhunen. La forma de construir esas colonias, sin embargo no está clara todavía.

A pesar de ello, Janhunen se muestra optimista, y en un mail enviado a la revista Live Science afirma que los primeros colonos humanos podrían empezar a viajar a Ceres en los próximos 15 años. Un plazo que muchos, a pesar de creer que la idea es plausible, consideran demasiado corto.