A 563 kilómetros al sudoeste de Tokio se encuentra un pequeño pueblo llamado Nagoro. Un lugar que, debido a la emigración, ahora luce casi desértico. De hecho desde hace 18 años no han nacido bebés en el lugar.
Ubicado en la isla de Shikoku, prefectura de Tokushima, este escalofriante pueblo fantasma está acaparando la atención por una peculiaridad. Ya que está siendo “poblado” por enigmáticas criaturas sin vida.
Se trata de la famosa creación de la artista Tsukimi Ayano, quien por los azares de la vida tuvo que regresar a Nogoro, su pueblo natal, para cuidar de su padre enfermo.
Durante su estadía creó un espantapájaros o kakashi, para evitar que los pájaros siguieran dañando su siembra. El muñeco lucía tan real que Tsukimi cuenta que un trabajador saludó al muñeco pensando que era el padre de ella.
“Un trabajador que lo vio pensó que era mi padre, y le dijo ‘¡Hola!’”, dijo Ayano a The Japan Times. Y agregó que le pareció divertido.
Desde su primer accidentada creación ya pasaron 16 años, sin embargo la artista aseguró que desde entonces no ha dejado de crear otros muñecos de tamaño real. Para ello Tsukimi utiliza trozos de madera, periódicos para rellenar los cuerpos, telas elásticas para las caras y lana para el pelo.
Actualmente sus enigmáticos muñecos de tamaño real superan en número a la población habitacional. Ya que existen alrededor de 300 muñecos y 27 ciudadanos.
