Los influencers de la India se echan agua en la cabeza, hacen cosas raras, extrañas representaciones teatrales y así obtienen la atención de miles de seguidores cada día, pero hay dos hechos fatales que frenan el auge de la red social: el primero es un posible suicidio de una adolescente y el segundo un choque fronterizo entre India y China.
Siya Kakkar vivía en Preet Vihar, Nueva Delhi. Con 16 años, la joven era una ídolo de TikTok, aunque también se mantenía activa en otras plataformas como Instagram, Snapchat y YouTube. Sus videos no sobresalían por nada en particular ni se diferenciaban demasiado de los de las chicas de su edad. Siya no era una bailarina sobresaliente ni se destacaba por su talento para el lip sync, pero había superado el millón de seguidores justo antes de morir. Después de eso y en menos de una semana duplicó esa cifra confirmando que, como es usual y macabro, la muerte vende.
Todo empezó el 24 de junio, cuando Siya subió a TikTok un video haciendo mímica, en una terraza, pelo al viento y sonrisa franca. El 25 de junio estaba muerta y los primeros informes policiales hablaban de suicidio. El potencial surge a partir de que la familia de Kakkar pidió que se abriera una investigación policial para saber exactamente qué fue lo que pasó con ella.