Fionna Simpson no dudó en exponer su cuerpo a sufrir daños para proteger a su bebé.
La joven madre viajaba en su automóvil con su hija de 4 meses y su abuela de 78 años, cuando el granizo las sorprendió en la autopista hacia Kingaroy, en Australia.
La joven madre de 23 años de edad estacionó su carro para esperar que pasara la tormenta. Sin embargo, los trozos de hielo rompieron las ventanas del automóvil, en ese momento pensó que su bebé iba a morir.
En su espalda, brazos y rostro se observan las graves heridas y moretes provocados por el impacto del granizo.
“Por favor, por favor, sean cuidadosos en esta época de tormentas”, escribió Fionna en su cuenta de Facebook donde publicó fotografías de sus lesiones.
“Toda esta lluvia comenzó a entrar, y la ventana trasera donde estaba mi hija… se había ido”, explicó Fionna al medio ABC.net . “Daba mucho miedo, pero no había tiempo para tener miedo… todo sucedió tan rápido”, dijo.
Fionna no dudó en trasladarse al asiento trasero y servir de escudo humano para proteger a su hija. Aunque trató de proteger también a su abuela, le resultó imposible.
“No fue hasta que entré en la ambulancia que me di cuenta de que si no hubiera hecho eso, ella (su bebé) podría haber resultado gravemente herida, cualquier cosa podría haber pasado”, dijo Fionna.
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