El caso que conmocionó a toda Europa, la misteriosa desaparición de la niña Madeleine McCann, podría estar a punto de esclarecerse luego de que la investigación diera un giro inesperado. Algo que reforzaría la culpabilidad del sospechoso principal, Christian Brueckner.
Las autoridades informaron que cuentan con unas imágenes que fueron captadas por turistas británicos quienes se encontraban en el lugar del secuestro, Praia da Luz, Portugal, en el momento en que se suscito el crimen.
“Recibimos pistas de Inglaterra, incluidas las de turistas de vacaciones en Portugal durante aquel tiempo. Tenemos algunas fotos en las que podría haber algunas cosas interesantes en ellas. Estamos siguiendo pistas bastante buenas”, reveló el fiscal del caso, Hans Christian Wolters.
Pese a la “alentadora” prueba, Wolters señaló que también existen contratiempos que podrían afectar la investigación debido a la burocracia en el manejo de pruebas. “En la Unión Europea todo estaba unificado y había una asistencia legal uniforme entre los países europeos. Pero cuando el Reino Unido se vaya, Alemania tendría que hacer una solicitud formal, lo que significa que luego escribimos una carta muy formal y luego consultamos todo individualmente”, dijo.
Actualmente Brueckner se encuentra en la cárcel de Kiel, Alemania por sus vínculos con las drogas. El delincuente se volvió el sospechoso principal luego de que sus registros telefónicos revelaran que él se encontraba en la zona del secuestro el día que la niña desapareció.
Historial criminal
El historial de Brueckner incluye 17 delitos, entre estos la violación a una mujer de nacionalidad estadounidense, de 72 años, quien fue abusada y torturada en 2005 en Praia da Luz, misma localidad donde desapareció Madeleine.
Brueckner también es acusado por narcotráfico, robo, hurto, conducción no autorizada y alcoholizado. Su primer robo lo hizo cuando tenía 15 años, según reportes de medios alemanes. En 1994, cuando tenía 17 años, fue condenado a dos años por abusar sexualmente de un niño, pero no cumplió toda la condena.
Luego de varias condenas por robo, que incluía a complejos hoteleros y casas de vacaciones, y el tráfico de estupefacientes lograr salir en libertad anticipada; en 2013 fue acusado nuevamente por violación a un menor y sentenciado por un tribunal alemán a uno año y tres meses de prisión, según detalla el periódico The Daily Mail.
Pero los crímenes de Christian Brueckner no terminan ahí, el sospechoso de la desaparición de Madeleine podría estar detrás de otro asesinato sin resolver en Bélgica.
El jueves, la justicia belga reabrió una investigación sobre el caso de una adolescente alemana en 1996 por el posible vínculo con este individuo. El cadáver mutilado de Carola Titze, de 16 años, fue hallado en julio de 1996 en unas dunas de la localidad costera belga de De Haan (noreste).
La fiscalía de Brujas “reabre en efecto el caso relativo a este asesinato”, indicó ayer Fien Maddens, portavoz de la fiscalía, sin más precisiones.
Titze se encontraba de vacaciones con sus padres en esta turística localidad y, tras el hallazgo de su cuerpo, la investigación apuntó a un alemán de una veintena de años, con el que la víctima estuvo en contacto.
Este último se vanaglorió ante ella de su pasado criminal, según los medios belgas, pero nunca fue hallado.
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Tras la identificación del nuevo sospechoso alemán en el caso de Maddie McCann, el juez de instrucción belga encargado del caso Titze, Paul Gelvaert, estimó que se debía investigar un eventual vínculo.
“La descripción [de Christian B.] corresponde. Al permanecer tanto tiempo en Portugal, esto explicaría por qué nunca lo encontramos”, declaró este fin de semana al diario De Standaard el juez ahora jubilado. La investigación se cerró en 2016.