La ejecución de Lisa Montgomery, la primera mujer desde 1953 en ser condenada a muerte en Estados Unidos, fue retrasada porque los abogados contrajeron COVID-19.
Una orden judicial firmada por el juez de distrito Randolph Moss le impide a las autoridades federales ejecutar con inyección mortal a Montgomery, antes de que acabe el año.
La condenada, de 43 años, asesinó en 2004 a la embarazada Bobbie Jo Stinnett, de 23, a quien estranguló y le abrió el útero con un cuchillo para sacarle el bebé.
La ejecución estaba pautada para el 8 de diciembre en Indiana, pero ahora la defensa tiene más tiempo para preparar una petición de clemencia al presidente y ver si se conmuta la sentencia. El Departamento de Justicia reprogramó su ejecución para el 12 de enero, justo ocho días antes que asuma la presidencia Joe Biden, quien es un fiel opositor a la pena de muerte.
Para el 24 de diciembre, los abogados Kelley Henry y Amy Harwell deberán especificarle al juez si pueden completar la petición sin ayuda adicional.
La defensa interpuso una demanda el jueves donde alegan que el fiscal general William Barr agendó la ejecución durante la pandemia, esto los obligó a viajar, hospedarse en hoteles lo que facilitó el contagio.
Los representantes legales tuvieron que viajar de Nashville a Texas en dos ocasiones en octubre, y, nuevamente, a principios de este mes, a pesar de la decisión de su oficina de seguir las guías del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para que trabajaran desde sus casas. Aseguraron que ambos dieron positivo por COVID-19 después de volar desde Nashville, Tennessee, para visitarla en la prisión federal en Texas donde cumple su condena. En documentos judiciales, dijeron que cada visita de ida y vuelta desde Nashville involucraba dos vuelos, estadías en hoteles e interacción con el personal de la aerolínea y el hotel, así como con los empleados de la prisión.
Los abogados arrojaron positivo a la prueba a principios de noviembre.
De concretarse la ejecución de Montgomery, sería la primera de una mujer a nivel federal en casi 70 años. Sin embargo, para tratar de revocar la sentencia la defensa ha citado el historial de problemas mentales de la convicta, así como los episodios de abuso sexual e incesto de los que fue víctima.
La acusada fue hallada culpable del secuestro que resultó en la muerte de Stinnett, quien conoció a su homicida luego de conversar por chat en un sitio conocido como “Ratter Chatter”. Montgomery pretendió que estaba embarazada para ganar la confianza de su víctima.
El 16 de diciembre de 2004 acordaron encontrarse en la casa de Stinnett, en Skidmore, para la compra de un perro “Rat Terrier”.
Pero, en lugar de lo anterior, la asesina estranguló a la víctima con una cuerda. Tras sacarle la bebé a la embarazada con un cuchillo intentó sin éxito hacerla pasar como su hija.