Las claves para una posible reanudación del diálogo nacional en Nicaragua

El diálogo nacional que busca superar la crisis que vive Nicaragua desde abril pasado y que se encuentra suspendido desde julio, ha vuelto a tomar forma tras un encuentro entre el presidente Daniel Ortega y cinco de los empresarios más acaudalados del país.

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Referencia/ AFP PHOTO / MARVIN RECINOS

Por Agencia EFE

2019-02-19 6:00:50

El diálogo entre el Gobierno sandinista con la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, con la Conferencia Episcopal de Nicaragua como mediadores y testigos, ya había iniciado en mayo pasado, pero fue abandonado de forma unilateral por Ortega en julio.

Estas son las claves para entender por qué el mandatario considera ahora necesario “un entendimiento para empezar una negociación, a través de un encuentro incluyente, serio y franco”.

– La estrepitosa caída de la economía
La economía de Nicaragua, el segundo país más empobrecido de América, se contrajo un 4 % en a raíz de la crisis en 2018, año en que las primera proyecciones oficiales apuntaban a una expansión de al menos un 4,5 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Para este 2019, el de Nicaragua se contraerá entre un 7,3 % a un 10,9 %, según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), un centro de pensamiento independiente. El Gobierno proyecta una contracción de 1,01 % para este año.

El Ejecutivo espera cubrir el déficit fiscal de este año con unas reformas tributaria y a la seguridad social, que incluyen el aumento de la cuota obrero-patronal, unas medidas que el sector privado vaticina propiciarán cierre de empresas, más desempleo e informalidad, y aumento de la pobreza.

– La presión internacional
El pasado 11 de enero la Organización de Estados Americanos (OEA) inició el proceso de aplicación de la Carta Democrática a Nicaragua, a petición de su secretario general, Luis Almagro, lo que eventualmente podría culminar con la suspensión del país del foro.

El 20 de diciembre pasado el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó la “Nica Act” que impone sanciones individuales a miembros del Gobierno de Ortega, además de limitar el acceso de Nicaragua a préstamos internacionales, como los del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
En noviembre, Washington anunció sanciones por la “represión” en Nicaragua contra la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, y Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad nacional de Ortega.

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El 5 de julio, Estados Unidos sancionó por su participación en la violencia en Nicaragua al jefe de la Policía Nacional, Francisco Díaz, consuegro de Ortega y Murillo; así como al vicepresidente de la petrolera Albanisa, Francisco López; y a Fidel Moreno Briones, secretario general de la Alcaldía de Managua y que ha actuado como “líder” de la Juventud Sandinista.

En tanto, la UE también ha considerado aplicar sanciones individuales a funcionarios nicaragüenses, pero también se han mostrado dispuestos a tomar medidas para favorecer una solución “pacífica y negociada” a la crisis.

– La incertidumbre de Venezuela
La situación del Gobierno que preside Nicolás Maduro en Venezuela es otra de las razones que obliga a Ortega a dar pasos para reiniciar el diálogo nacional.

Los fondos de la cooperación venezolana suman 4.932,4 millones de dólares desde que Ortega retornó al poder en enero de 2007, y es canalizada a través de la empresa mixta petrolera Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), que está integrada por una filial de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), y la estatal Petróleos de Nicaragua (Petronic, con 49 %).

EE.UU. impuso sanciones a Pdvsa, que también alcanzan a Albanisa, explicó el 30 de enero pasado el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton.

– La resistencia interna y de organismos humanitarios
Aunque la presión interna ha sido reducida por la criminalización de las protestas, los encarcelamientos de opositores y periodistas, y la ilegalización de ONG, produce todos los efectos contrarios, pues los muertos del 2018 -centenares según las ONG- y la cantidad de presos políticos que están siendo juzgados están presentes en todos los nicaragüenses, según el exmagistrado judicial Rafael Solís.

La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco respaldó un posible diálogo si se da la liberación de los manifestantes y la restitución de las libertades públicas como prioridad. La sociedad nicaragüense exige la salida de Ortega por la vía pacífica o anticipo de elecciones, que los responsables de crímenes en la crisis sean juzgados y que Nicaragua retome el camino democrático.

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– Las señales del Gobierno
El Gobierno de Ortega ha aceptado en las últimas semanas la llegada al país de una delegación estadounidense, otra de un grupo de eurodiputados e incluso invitó a un equipo de la OEA para retomar el tema de las reformas al sistema electoral.

Ante la OEA anunció sus intenciones de fortalecer su proceso político electoral hacia el 2021, y aunque negó la existencia de presos políticos, acordó mantener con ese organismo un canal de comunicación.

Además, junto al grupo de empresarios, Ortega invitó al cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag a que participaran, en calidad de invitados por las dos partes, en ese encuentro del fin de semana pasado que rompió el deshielo. El Gobierno expresó este lunes su apertura a buscar “soluciones creativas y posibles” para superar la crisis.