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“Los deben de poner en la sierra, allí no están”?, agregó.
También se plantearon dudas sobre si el Ejército puede hacer su trabajo aun estando presente. El 17 de octubre, los soldados se vieron obligados a liberar al hijo del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo”? Guzmán para evitar un mayor derramamiento de sangre luego de que los hombres armados del cártel de Sinaloa se desplegaron por la ciudad de Culiacán tras su detención.
En Colonia LeBarón, la influencia estadounidense es evidente se mire a donde se mire: hay camionetas con matrículas de California, Idaho, Colorado, Washington, y clientes angloparlantes comiendo hamburguesas en Ray Restaurant, Coffee & Grill. Muchos de los residentes con doble nacionalidad nacieron allí y sus familias llevan décadas en ese sitio.
Stubbs predijo que algunos se mudarán con sus familias a Estados Unidos por miedo, pero que eventualmente regresarán, tal como ocurrió después del asesinato de 2009. También calificó de dudosa la estrategia de seguridad de “brazos, no balazos”? de López Obrador para tratar de resolver los problemas sociales subyacentes en lugar de combatir a los cárteles del narcotráfico con la fuerza militar.
“Estoy realmente impactado de su forma de pensar. Eso no va a resolver los problemas”?, manifestó.
Los residentes saben que no pueden luchar contra los cárteles por su cuenta.
“No somos expertos militares, ni de guerra, ni de armas”?, dijo Stubbs. “Somos agricultores y tenemos familias numerosas e increíbles. Definitivamente queremos que nuestras familias sean pacíficas”?.
Las autoridades mexicanas dijeron que los atacantes pudieron haber confundido las camionetas de los residentes con las que utiliza una banda rival. El cártel de Juárez y su brazo armado “La Línea” están librando una despiadada guerra territorial contra una facción del cártel de Sinaloa conocida como “Salazar”.
“Esa fue la percepción que tuvimos, que en el último de los casos, las personas que agredieron a los ocupantes dejaron ir a los menores. Luego entonces, podemos establecer alguna premisa: que no fue una agresión directa” contra las familias, dijo el general Mendoza.
La mayoría de las víctimas vivían en La Mora, a unos 110 kilómetros (70 millas) al sur de Douglas, Arizona. Muchos de los residentes están relacionados con la familia extendida LeBarón.
Se presume que los asesinos son miembros de La Línea, cuyos sicarios entraron al territorio del cártel de Sinaloa en la víspera y establecieron un puesto de avanzada armado en una colina cerca de La Mora y una emboscada carretera arriba. El cártel de Juárez aparentemente quería evitar que los hombres del cártel de Sinaloa ingresaran a su territorio en el estado de Chihuahua.
El miércoles, docenas de soldados y efectivos de las policías federal y estatal y de la Guardia Nacional custodiaban la carretera llena de baches que une el estado de Chihuahua y La Mora, en Sonora, replicando a la inversa la ruta de que realizaban las víctimas cuando se vieron sorprendidas por la emboscada. Los integrantes de la caravana aplaudieron a las fuerzas de seguridad y les dieron comida, botellas de agua y gorras de béisbol.
Langford dijo que él y otros viajan a menudo entre La Mora y Estados Unidos, trabajando al norte de la frontera para construir sus vidas y criar a sus familias en un lugar que describió de paraíso? para que crezcan los niños. Detrás de la parcela donde él y su esposa criaron a sus 11 hijos, pescan y nadan.
“Siempre hemos conocido los peligros. Hemos visto a la gente hacer sus cosas. Siempre tuvimos la política de “No les molestamos”. Nunca soñamos que algo así pudiese suceder?, manifestó Langford. “Ahora, este lugar va a convertirse en un pueblo fantasma. Mucha gente va a marcharse”?.