Isabelle Dugelet, la alcaldesa de La Gresle, emitió el 6 de diciembre el decreto que prohíbe a sus habitantes fallecer en fin de semana o días festivos, el argumento es que no hay médicos en la zona para certificar el hecho, procedimiento obligatorio para poder empezar los preparativos del funeral.
La Gresle es una pequeña localidad en el este de Francia, situada a 70 km de Lyon, con una población de aproximadamente 850 habitantes.
Dugelet contó para Le Progrès, medio local, que el 1 de diciembre se necesitaron dos horas y media para encontrar a un doctor que certificara la muerte de una persona.
El caso le pareció ridículo y falta de respeto con los familiares del fallecido, por lo que decidió responder con otra medida ridícula y así llamar la atención de las autoridades, a fin de que modifiquen el sistema que rige no sólo en La Gresle, sino también otros pueblos cercanos.
Además, dijo que hay muchas preocupaciones en su poblado, pero la salud es el principal, así que piensa hacer lo que sea para que los políticos volteen a ver las zonas rurales que parecen olvidadas, pues los habitantes tiene dificultades para encontrar un médico y a veces deben recorrer muchos kilómetros para hacerse atender por uno.
“Si los problemas para conseguir un médico de cabecera, o simplemente para ser tratado, son cada vez más críticos, ahora será necesario elegir su momento para morir, o bien elegir la forma pública en que el Servicio de Atención Médica de Urgencia tiene la obligación de intervenir”, añadió .
La situación, no obstante, ha generado burla en redes sociales y medios de comunicación, en donde se preguntan si realmente la gente podrá cumplir con el decreto de no morirse en fin de semana, a lo que Dugelet contestó enérgicamente.
“Si los problemas para conseguir un médico, o simplemente para ser tratado, son cada vez más críticos, ahora será necesario elegir un momento para morirse, o bien la forma pública en que el Servicio de Atención Médica de Urgencia tiene la obligación de intervenir”, dijo.
