La confesión de un sicario que ayudó a asesinar al papa Juan Pablo I

Detalles del supuesto plan para asesinar a Albino Luciani, cuyo pontificado duró apenas 33 días, han salido a la luz en un libro que escribió el exintegrante de la mafia de Nueva York

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Imagen del Papa Juan Pablo I tomada a principios de octubre de 1978 en la Santa Sede del Vaticano, pocos días después de su muerte, que ocurrió el 28 de septiembre de 1978. Foto/AFP

Por Agencias

2019-10-30 7:45:10

El 28 de septiembre de 1978, la repentina muerte del papa Juan Pablo I sacudió al mundo católico y su deceso estuvo rodeado de misterio, sin embargo, cuarenta y un años después sale a la luz cómo y por qué lo mataron.

Albino Luciani lideró uno de los papados más cortos de la historia, pues apenas tenía 33 días de haber asumido el pontificado cuando ocurrió su sorpresivo deceso.

Ahora, el sicario de origen italiano Anthony Raimondi, exintegrante de la mafia de Nueva York, confesó haber participado en el asesinato.

Raimondi, de 69 años, revela en su libro “When the bullet hits the bone” (Cuando la bala golpea el hueso) el supuesto plan para cometer el crimen, para ocultar un fraude millonario en el Vaticano.

En una entrevista con el The New York Post, dijo que tuvo acceso a lugares privilegiados de la Santa Sede en 1978 gracias a su primo cardenal, el estadounidense Paul Marcinkus, quien dirigía el Banco Vaticano.

La misión de Raimondi, quien en ese entonces tenía 28 años, era estudiar la rutina del pontífice, considerado una amenaza para las finanzas de la institución que dirigía Marcinkus, y definir la forma de terminar con su vida. La técnica elegida fue una taza de té con una fuerte dosis de Valium, la cual fue servida al Papa en su habitación.

El papa Juan Pablo I fue elegido el 26 de agosto de 1978. Su pontificado solo duró 33 días. Foto/ AFP

El encargado de llevar la bebida fue Marcinkus, quien aprovechó el estado inconsciente del sumo pontífice para suministrarle cianuro.

“Colocó el gotero en la boca del Papa y lo apretó… Cuando terminó de hacer su trabajo, cerró la puerta detrás de él y se fue”, relató Raimondi.

Posterior una de las asistentes de Juan Pablo I lo encontró muerto, en ese momento varios ingresaron a la habitación, entre ellos Marcinkus, señaló Raimondi.

De acuerdo con el parte médico de defunción, Juan Pablo I había muerto a causa de un ataque cardíaco, no obstante, el exintegrante de la mafia de Nueva York contó que no fue así.

El exsicario aseguró que por temor a acabar “en el infierno” prefirió no ser él quien envenenara al Papa.

“Había hecho muchas cosas en mi tiempo, pero no quería estar allí en la habitación cuando mataron al Papa. Sabía que eso me compraría un boleto de ida al infierno”.

Según Raimondi, la razón de atentar contra el papa Juan Pablo I era porque este había decidido hacer públicos los escándalos financieros que salpicaban al Banco Vaticano y había prometido expulsar a Marcinkus y a aproximadamente “la mitad de los cardenales y obispos”.

Añadió que, incluso, el papa polaco Juan Pablo II, sucesor de Luciani, estuvo a punto de tomar medidas contra las irregularidades del Banco Vaticano, pero no actuó al saber que su vida corría peligro.

Ahora Raimondi padece cáncer, reside en Brooklyn y decidió desvelar los detalles de sus crímenes “porque ya no necesita de esto”.