La tenebrosa historia de "La Casa del Asesino del Hacha": asesinaron a una familia y se cree que está "embrujada"

Seis niños y sus dos padres murieron el 10 de julio de 1912, desde entonces se cree que sus almas habitan la casa. En 2014, un "cazafantasmas" invocó a los espíritus y terminó con una puñalada en el pecho.

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La casa ahora es un museo, por restricciones causadas por la pandemia estuvo cerrada por un tiempo. Foto Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / Wikipedia Creative Commons https://bit.ly/3rvMMMm

Por N. Hernández / Agencias

2021-03-28 9:34:18

Una casa de madera de dos pisos situada en la ciudad de Villisca, en Iowa, Estados Unidos, fue el escenario de una terrible masacre ocurrida la noche del 10 de julio de 1912. Esa noche, el asesino encontró la puerta sin llave y pudo entrar sin ningún problema. Adentro dormían seis niños y dos adultos, todos fueron asesinados con un hacha. El asesino nunca fue identificado.

Por más de 100 años, la casa ha sido considerado el lugar más tenebroso del pueblo. Los habitantes aseguran que las almas de los niños y sus padres nunca se fueron y sigue habitando la modesta casa de madera.

Ahora es conocida como "La Casa del Asesino del Hacha" y funciona como un museo donde se narra la historia de los asesinatos. Con frecuencia, estudiantes de medicina o criminalística recrean lo ocurrido, también llegan turistas e investigadores aficionados a lo paranormal que documentan ruidos y sombras que perciben al pasar la noche en la casa.

La casa ahora le pertenece a Martha Linn, ella la compró en 1994 junto a su difunto esposo. Ella se opuso a la compra porque conocía la historia, pero la casa salió a la venta en oferta pública. Además, en esa época la pareja dirigía un museo sobre la historia de Villisca, que Martha vendió en 2011 después de la muerte de Darwin para poder concentrarse únicamente en la administración de la casa.

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La pareja restauró la casa para que retomara la imagen que tenía aquella fatídica noche de 1912, para lo cual tuvieron que usar fotos y registros judiciales ya existentes.

"Todo estaba en nuestros bolsillos y en el ingenio de Darwin. Entonces, se nos ocurrió lo que pensamos que era un facsímil razonable de cómo se veía en 1912" le dijo Linn al Daily Iowan el año pasado.

La compra también fue bastante oportuna porque para esa época películas como "El Sexto Sentido" y "Candyman" estaban de moda, por tanto los americanos se volcaban a buscar lugares con historias paranormales.

El origen de una maldición

Esa noche, el asesinó se acompañó de una lámpara y su tenue luz para avanzar por los pasillos de la casa, encontró un hacha, la tomó y se dirigió a la habitación de Joe Moore, de 43 años, y su esposa, Sarah.

Al llegar al borde de la cama el asesino alzó el hacha de Joe tan alto que rajó el techo y le descargó con toda su fuerza la parte plana del arma en el cráneo, probablemente matándolo instantáneamente. De inmediato le propinó un terrible golpe a Sarah antes de que esta pudiera incorporarse.

Dando por muerta a la pareja, el asesino fue a la puerta de al lado y con la misma hacha, mató a los cuatro niños de los Moore mientras dormían. No existe evidencia, dicen las reconstrucciones judiciales del caso, de que los niños Herman, 11; Katherine, 10; Boyd, 7; o Paul, de 5 años, se hayan despertado antes de morir.

El agresor ni ninguno de los cuatro niños hicieron suficiente ruido como para molestar a las dos amigas de Katherine, Lena e Ina Stillinger, mientras dormían abajo. Luego, el asesino bajó las escaleras y tomó su hacha hacia las chicas Stillinger, la mayor de las cuales finalmente pudo haber despertado un instante antes de que ella también fuera asesinada.

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Lo que pasó después fue tan escalofriante que los locales creen que por eso las almas de los niños y sus padres aún habitan la casa. El asesino, hacha en mano, volvió a subir y hachazo a hachazo redujo las cabezas de los Moore a trozos y pulpas de sangre.

La familia quedó irreconocible. A la mañana siguiente los restos de las cabezas fueron encontradas en vueltas en ropa de cama, camisetas, vestidos. Luego. colgó las telas sobre cada uno de los espejos que habían en la casa como una especie de ritual mórbido.

En algún momento, el asesino también tomó un trozo de tocino crudo de dos libras de la nevera, lo envolvió en una toalla y lo dejó en el piso del dormitorio de la planta baja cerca de un pequeño llavero que, aparentemente, no pertenecía a los Moore.

Fue un escándalo en el pueblo y pueblos vecinos, pero nunca se encontró al culpable.

Paranormal

Era la noche del 7 de noviembre de 2014 y Johnny Houser, cuidador de “La Casa del Asesino del Hacha”, recibió a un huésped que esa noche se quedaría con sus padres en la casa. Era algo de rutina, muchas personas se habían quedado en el lugar en los años que llevaba cuidándolo, era una de las ‘atracciones’ que ofrece, una noche en una verdadera ‘casa embrujada’.

El propio Johnny, que es fanático de la historia, había dormido varias noches ahí, nunca con mayores sustos que algunos ruidos extraños o voces que escuchaba en las noches y que si atribuía al alma de los niños muertos, ciertamente no eran suficiente para espantarlo.

Pero esa noche comenzó como cualquier otra, Johnny estaba en el granero esperando el coche de los huéspedes cuando vio a un hombre de pantalones de camuflaje y un cuchillo de caza atado al cinturón.

Al principio no se sorprendió pues, salvo el cuchillo, es una atuendo común de la gente del lugar. Lo que sí le pareció extraño era que un hombre mayor, de unos 50 años, se hospedara en una casa embrujada junto con sus padres que eran bastante ancianos. Cuando se despidieron el hombre, que era un “cazafantasmas”, le dijo a Johnny que “le daría su merecido a la casa”, una sentencia bastante irónica para lo que pasaría a continuación.

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Cuando Johnny despertó se dio cuenta que había cientos de publicaciones en redes sociales donde lo etiquetaban. Todos los titulares decían algo similar: “Hombre se apuñala en la Casa del Asesino del Hacha”.

Al llegar a la casa Johnny encontró en el piso de la cocina una manta envuelta y una patita de oso de peluche que sobresalía de ella. Algo común entre los visitantes de la casa es dejar osos de peluches y todo tipo de muñecos como regalo para los niños que murieron, pero ese osito estaba cubierto en sangre así que de entrada pintaba una escena tenebrosa.

“No de nuevo, no otra vez en esta casa”, pensó Johnny. El cuidador entró con una botella de lejía y una toalla, algo que había visto que hacían en Los Sopranos, esparció la lejía por el suelo y trapeó con una toalla que pisó con el pie.

Archivo de publicación del crimen ocurrido en 1912. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / Wikipedia https://bit.ly/3cvBzH9

“Se supone que esto debería ser divertido. ¿Deberíamos cerrar?”, cuenta que le dijo Martha Linn, la dueña de la casa al entrar y presenciar la escena. Pero Johnny se negó y le dijo que si cerraban era aceptar que la casa estaba embrujada y muchas personas irrumpirían por siempre en el lugar.

Juntos entraron al cuarto de los niños, donde el cazafantasmas del cuchillo fue encontrado por sus padres con el pecho atravesado, al parecer se había auto infringido la herida después de estar haciendo una especie de investigación paranormal en el dormitorio.

Años después Johnny volvió a encontrarse con aquel hombre, fue durante la grabación de un programa de televisión que llegaron a hacer en la casa llamado Kindred Spirits, cuyos productores habían convencido al apuñalado para que volviera al lugar donde casi pierde la vida.

Al verlo Johnny aprovechó para hacerle todas las preguntas que le habían estado dando vueltas por la cabeza todo ese tiempo. ¿Por qué traía un cuchillo? ¿Qué pasó exactamente esa noche?

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El hombre le dijo que siempre iba armado por protección, pero que al no conocer las leyes de Iowa sobre porte de pistolas decidió llevar solamente un cuchillo. La noche del incidente había estado solo en el dormitorio, invocando fantasmas y tratando que estos lo atacaran.

Quebrantado, dijo que esa noche su vida se había arruinado, pues todo el mundo pensaba que estaba loco o que lo había fingido todo para ganar dinero o fama, pero que la verdad era que no recordaba nada, pues después de haber estado en el cuarto retando a los espíritus lo siguiente que recuerda es despertar en el hospital con la herida de cuchillo en el pecho.

Ese día, aquel hombre tuvo el chance de redimirse y pedirle perdón a la casa por provocar a sus espíritus.

La Casa del Asesino del Hacha, sigue abierta al público, recibiendo visitantes curiosos y arriesgados constantemente, aunque a causa de las restricciones del COVID-19 tuvo que cerrar sus puertas temporalmente y después adaptarse a las restricciones del distanciamiento social.

Todavía hay muchas personas interesadas en visitarla y es una parada obligada en los tours sobre lo paranormal en Estados Unidos. Los más valientes que se han atrevido a pasar allí sus noches tienen cada uno una historia que contar, aunque no ha vuelto a pasar algo tan tenebroso como la historia de aquel hombre que se apuñaló en el pecho con su propio cuchillo, así como el asesino de los Moore mató a toda la familia con el hacha del propio Joe. Tal vez la lección de todo esto es que si vas a pasar una noche en una casa embrujada, no lleves contigo ningún objeto que pueda matarte.