Mark Stuart, de 22 años, murió tras pasar cinco días sin comer ni beber nada mientras se encontraba ingresado en un hospital británico público.
Mark era autista y muy inteligente, afirman sus padres. De niño, Mark estaba lleno de vida. Sin embargo, su autismo empeoró en la adolescencia y el hablar con otras personas era uno de sus miedos, explicó BBC.
A los 22 años, el joven llevaba una vida tranquila, había logrado desempeñarse pero problemas digestivos afectaron su salud y tuvieron que ingresarlo y hacerle procedimientos médicos como una colostomía en su intestino (agujero).
La operación, que permitía que los deshechos salieran de su cuerpo con mayor facilidad, ocasionó más problemas porque la comida pasaba sin digerirse completamente.
Lo anterior ocasionó que perdiera mucho peso, el intestino se bloqueó y le provocó un dolor estomacal grave, vómitos y diarrea.
El lunes 9 de noviembre de 2015, Mark ingresó en el Hospital Real de Blackburn, en Inglaterra. Los informes médicos indicaron que estaba tan malnutrido que estaba en riesgo de sufrir un síndrome de realimentación, cuando un exceso de comida puede provocar un shock fatal, explicó BBC.
Los médicos recomendaron que el joven no ingiriera alimentos por su bloqueo intestinal. Sin embargo, el joven se encontraba con una gran deshidratación y los doctores no le suministraron nutrientes a través del sistema venoso.
Los síntomas agravaron. A las 24 horas de haber sido hospitalizado el joven tenía mucha hambre, no había comido ni bebido. Mark alcanzó las 48 horas sin comer y el hospital estaba tan lleno que nadie reparaba en la gravedad del paciente, dicen sus padres.
Sus padres cuentan que sus labios estaban secos y pelados y que le explicaron que no podían darle de beber por la proximidad de una cirugía que recomendó un especialista. El mismo día de la cirugía, el joven empeoró y murió.
Según una investigación independiente del caso, los servicios de emergencia fallaron en “reconocer la gravedad del estado de Mark”.
“Me siento culpable de no haber alzado la voz, de haberme sentado al borde la camilla y solo decirle a Mark que lo sentía”, lamentó Richard Stuart, el padre de Mark a BBC.