Ha llegado el momento de defender con esfuerzos monumentales el terreno que la democracia ha ganado en América Latina, dice el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco. Los derechos universales están en riesgo en América Latina por el asedio de “prédicas populistas”, advierte en una entrevista del periódico La Nación de Argentina.
Vivanco anuncia su salida de Human Rights Watch a partir de febrero de 2022 con la idea de explorar nuevas formas de trabajar por la defensa de los derechos humanos en Latinoamérica, pero antes de irse deja un mensaje contundente a las Naciones: ““No se dejen seducir por el canto de las sirenas de demagogos populistas”.
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“Nada bueno puede salir de los populistas, de izquierda o de derecha, que prometen mejoras a costa de destruir las instituciones democráticas. Quienes los apoyen tarde o temprano pueden terminar en la parábola de Venezuela: hoy son los más pobres – los que se suponía estarían mejor con el socialismo del siglo XXI- quienes no tienen adónde recurrir para que se protejan y respeten sus derechos básicos. Este es un mensaje que las clases medias y el sector privado tienen que tener claro. Si ellos se dejan seducir por las propuestas populistas, el futuro de la región será aún más difícil”, argumentó Vivanco.
Cree que ese fenómeno está devastando los pilares de la democracia que se estaban construyendo en varios países. Dice que actualmente América Latina está en un “muy mal momento, probablemente el peor de los últimos 30 años”.
Después de casi 30 años, voy a iniciar una nueva etapa.
A partir de febrero, dejaré mi trabajo en Human Rights Watch.
Es un momento muy difícil para los DDHH en la región. Quiero explorar nuevas formas de hacer este tarea.
Mi entrevista: https://t.co/CmuDEdhKwj
— José Miguel Vivanco (@JMVivancoHRW) December 4, 2021
Advierte que el debilitamiento y el descrédito de la democracia del que han hecho apología presidentes como el fallecido Hugo Chávez en Venezuela y el actual Nicolás Maduro, han generado un terreno fértil para el populismo y que si la región se deja seducir por esos cantos de sirena la situación será peor.
“América Latina se fragmentó con el arribo de los gobiernos bolivarianos liderados por el teniente coronel Hugo Chávez y su desprecio por la democracia representativa. Después de un intento fallido de golpe militar, Chávez llegó al poder por la vía electoral y promovió exitosamente la noción que la separación de poderes, independencia judicial, libertad de expresión no eran valores dignos de respetar. La influencia de Chávez y su séquito, combinada con el gradual descrédito de la democracia como modelo de gobierno capaz de mejorar los servicios públicos, combatir la corrupción, la inseguridad y la desigualdad, han dejado el terreno pavimentado para opciones populistas de todos los tonos que hoy proliferan en el calendario electoral”, expresó Vivanco en la entrevista del periódico La Nación.
Luego, la pandemia terminó de profundizar la pobreza de los países de la región y permitió la consolidación de las dos dictaduras más reconocidas en América Latina: la de Venezuela y Nicaragua, ésta última bajo el mando del sandinista Daniel Ortega, que se suman a la dictadura cubana.
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Es más, Vivanco advierte de otros países en que sus presidentes fueron electos por la vía democrática pero que actúan “con total desprecio por el Estado de derecho y las libertades públicas”.
“La tarea ‘1A’ es defender lo que hemos logrado alcanzar. No hay duda que estamos pasando por una mala racha y, sin hablar de las dictaduras consolidadas como Nicaragua o Venezuela, los riesgos que tiene este populismo que galopa, porque no va al trote, va al galope, con todo tipo de banderas, para los derechos básicos y la democracia son enormes. Todo se politiza, todo se ideologiza. Estamos enfrentados nada menos que a eso. Hay que entender que está en juego, en entredicho, la adhesión al sistema democrático, a la democracia representativa”, analizó Vivanco.
Considera que con el liderazgo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la política de ese país ha dado un giro en 180 grados con respecto a la administración de Donald Trump, ahora con una retórica que defiende la democracia y los derechos humanos, pero cuyos esfuerzos aún no han sido suficientes para frenar el deterioro del Estado de Derecho y de las libertades públicas en el continente.
Vivanco admite que si bien las democracias de los países latinoamericanos no han logrado aún combatir la inseguridad, la desigualdad y la corrupción, el camino correcto es seguir fortaleciéndolas para preservar el Estado de Derecho.