La estadounidense Melissa Lentz, de 29 años, quedó rompió en llanto al descubrir el maltrato que sufrió “Jordan Knight”, un pequeño perro de dos años, que fue rescatado de una granja dedicada a la reproducción de animales, conocida como el “agujero del infierno”.
Según medios locales, el peludito, un poodle blanco, vivía en condiciones deplorables en su antiguo hogar, al menos, cuando el lugar fue intervenido, Jordan estaba en una estrecha jaula llena de heces y con al menos 20 perros más.
“Pensé que estaba enfermo”
Cuando el perro llegó a casa de Melissa, en Alabama, ella le dio espacio para que se acomodara, sin embargo, el tuvo un extraño comportamiento, nunca se acostaba y dormía de pie.
La mujer, quien grabó la conducta de Jordan, no pudo contener las lágrimas cuando se percató del trauma de su nuevo amigo; el que luchaba por mantenerse erguido, pese a que ella le había creado un espacio propio con una esponjosa camita.
En un primer momento, Melissa creyó que Jordan estaba enfermo, pero luego cuando preguntó a sus rescatistas de donde provenía y cual era su pasado entendió la reacción.
“No me di cuenta de lo que estaba haciendo al principio, tenía la cabeza inclinada y se mecía, lo que me pareció extraño. Me tomó un minuto y luego me di cuenta de que ‘oh Dios mío, él está durmiendo así’. Me rompió el alma verlo así. Veo tanta negligencia y abuso tan horrible como suena que puedes ser inmune a ello”, detalló Melissa.
A través de su cuenta de Facebook, la joven madre dio a conocer la historia del cachorro la que rápidamente se hizo viral, así como la evolución que ha tenido desde que vive con su nueva familia.