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Punto crítico en Ucrania

La guerra ha llegado a un punto crítico. En el último semestre ambos bandos han puesto todo lo disponible en el terreno y lo único que parecen haber conseguido es convertir el pegajoso fango de las estepas ucranianas en un agujero negro que come carne y metal a una velocidad de vértigo. De no llegarse a un acuerdo durante 2025, el futuro de este conflicto es incierto y espeluznante a partes iguales.

Por Rommel Campos | Feb 14, 2025- 14:56

La ofensiva rusa, la cual llegara a su punto máximo entre diciembre de 2024 y febrero 2025, parece estar ralentizándose, encaminando al conflicto lentamente de nuevo al estancamiento. Pese a las negociaciones, todo apunta que ahora Rusia centrará la mayor parte de sus esfuerzos en finiquitar las 3 grandes batallas en desarrollo: Pokrovsk, Chasiv Yar y Kursk.

Para entender el impacto de esta ofensiva es necesario ampliar la perspectiva de análisis, pues si solo ocupamos el territorio conquistado como métrica, Rusia no sale bien parada. Desde que empezara la batalla de Avdiivka en octubre de 2023, ciudad de conquistaron y siguieron avanzando hasta Pokrovsk, lo máximo que Rusia ha logrado avanzar son 60 km, dejando en el camino decenas de miles de muertos propios y ucranianos. Son resultados mínimos, por no decir decepcionantes. Sin embargo, el éxito de esta ofensiva radica en otro aspecto.

Las presiones rusas

La presión a la que han sometido a Ucrania por más de 400 días de ataques ininterrumpidos, sumado a las dificultades de reclutamiento, ha provocado escasez de personal en el frente. Todo ucraniano entrenado debía ir a primera línea, y aún así han tenido que retroceder y encajar derrotas como la de Torestk, Velyka Novosilka, Kurahove, entre otras. El optimismo que existía en los primeros dos años de guerra sobre la posibilidad de que Ucrania derrotara militarmente a Rusia se ha esfumado, solo tienen para resistir. Lo siguen haciendo muy bien, pero las guerras no se ganan retrocediendo.

Además, la campaña de bombardeo rusa sobre las capacidades energéticas ucranianas ha mermado sensiblemente la calidad de vida de una población que está desgastada tras casi 3 durísimos años en una guerra que no hace más que empeorar. La moral y voluntad de resistir se ha puesto a prueba.

Rusia ha logrado demostrar que está dispuesta a hacer muchísimas atrocidades con tal de no salir con la cola entre las patas de este pantano en el que se metieron. Y con ello han puesto un precio a su derrota muy alto, tan alto que obligue a Ucrania, Estados Unidos y Europa a sentarse a negociar. Y esa es la principal victoria rusa, han logrado remontar la guerra hasta llegar a un punto dominante con el cual obtener las mejores condiciones posibles de paz para ellos.

Las presiones ucranianas

Pero no todo son “buenas noticias” para Rusia. Ucrania sigue sólida, su capacidad combativa sigue siendo grande en hombres y material. La idea de colapsar el frente y asestar una derrota decisiva parece algo más propio de un sueño que de la realidad en el campo de batalla donde en algunas semanas han llegado a perder 2,000 soldados al día. Ucrania también ha puesto un precio alto a su cabeza.

Por si eso no fuera poco, Ucrania ha desarrollado sus capacidades de ataque a largo alcance con drones y misiles de forma muy sensible, a lo largo de todo el mes de enero han ejecutado una campaña de bombardeo estratégico atacando múltiples refinerías, centros de mando, e infraestructura energética tan al interior de Rusia como 500 km, mientras en el mar negro, la flota rusa lleva más de un año arrinconada en su base de Novorosiirsk por temor a los drones marítimos de Ucrania.

Las exportaciones de hidrocarburos rusos tocaron mínimos desde el inicio de la guerra. La campaña y las sanciones, aunque no del todo bien implementadas, pasan una enorme factura.

Punto crítico

La guerra ha llegado a un punto crítico. En el último semestre ambos bandos han puesto todo lo disponible en el terreno y lo único que parecen haber conseguido es convertir el pegajoso fango de las estepas ucranianas en un agujero negro que come carne y metal a una velocidad de vértigo. De no llegarse a un acuerdo durante 2025, el futuro de este conflicto es incierto y espeluznante a partes iguales.

Ambos tienen motivos para negociar, y han encontrado en Donald Trump una forma de canalizar la guerra ahora en el campo diplomático. Putin pone trampas como no reconocer al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, como un interlocutor oficial pues desconoce su gobierno. Por otro lado, Ucrania pelea su legitimidad como actor en la guerra intentando no ser echado de lado en las conversaciones.

Como sea, lo más probable es que veamos una primera reunión entre Trump y Putin en los próximos meses como primer paso decisivo a resolver el conflicto. Estas negociaciones serán decisivas para el futuro del mundo, parece un punto de quiebre entre la Unión Europea y Estados Unidos poniendo fin a una relación de dependencia y cambiando la estructura del orden mundial de posguerra fría.

Los diplomáticos occidentales tienen la obligación de conseguir no solo la paz, sino también las garantías de que los cañones no vuelvan a rugir pronto.

La historia sucediendo ante nuestros ojos.

Especialista en temas internacionales.

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