A 13 años de la desaparición de Madeleine McCann, las investigaciones del caso toman un giro inesperado tras la aparición de un nuevo sospechoso. Se trata de Christian Brueckner, de 43 años, a quien las autoridades alemanas tienen perfilado como un pedófilo con amplio récord criminal.
El historial de Brueckner incluye 17 delitos, entre estos la violación a una mujer de nacionalidad estadounidense, de 72 años, quien fue abusada y torturada en 2005 en Praia da Luz, misma localidad donde desapareció Madeleine.
El sospechoso permanece en la cárcel de Kiel, Alemania, donde purga una condena de 7 años por este caso por el que fue detenido en diciembre del año pasado luego de que en la escena del crimen, que confesó había disfrutado, se encontrara un cabello con su ADN.
Brueckner también es acusado por narcotráfico, robo, hurto, conducción no autorizada y alcoholizado. Su primer robo lo hizo cuando tenía 15 años, según reportes de medios alemanes. En 1994, cuando tenía 17 años, fue condenado a dos años por abusar sexualmente de un niño, pero no cumplió toda la condena.
Luego de varias condenas por robo, que incluía a complejos hoteleros y casas de vacaciones, y el tráfico de estupefacientes lograr salir en libertad anticipada; en 2013 fue acusado nuevamente por violación a un menor y sentenciado por un tribunal alemán a uno año y tres meses de prisión, según detalla el periódico The Daily Mail.
Pero los crímenes de Christian Brueckner no terminan ahí, el sospechoso de la desaparición de Madeleine podría estar detrás de otro asesinato sin resolver en Bélgica.
El jueves, la justicia belga reabrió una investigación sobre el caso de una adolescente alemana en 1996 por el posible vínculo con este individuo. El cadáver mutilado de Carola Titze, de 16 años, fue hallado en julio de 1996 en unas dunas de la localidad costera belga de De Haan (noreste).
La fiscalía de Brujas “reabre en efecto el caso relativo a este asesinato”, indicó ayer Fien Maddens, portavoz de la fiscalía, sin más precisiones.
Titze se encontraba de vacaciones con sus padres en esta turística localidad y, tras el hallazgo de su cuerpo, la investigación apuntó a un alemán de una veintena de años, con el que la víctima estuvo en contacto.
Este último se vanaglorió ante ella de su pasado criminal, según los medios belgas, pero nunca fue hallado.
El caso de Madeleine McCann da un giro perturbador a 13 años de su misteriosa desaparición
Tras la identificación del nuevo sospechoso alemán en el caso de Maddie McCann, el juez de instrucción belga encargado del caso Titze, Paul Gelvaert, estimó que se debía investigar un eventual vínculo.
“La descripción [de Christian B.] corresponde. Al permanecer tanto tiempo en Portugal, esto explicaría por qué nunca lo encontramos”, declaró este fin de semana al diario De Standaard el juez ahora jubilado. La investigación se cerró en 2016.