"Se nos hizo rara la noticia, era un padre muy amoroso", dijo uno de los vecinos de Eymar Ovalle Escobar, un hombre de 43 años que el pasado martes 9 de marzo apuñaló a su hijo de 4 años y a sus hijastros de 9 y 11 años, momentos antes de quitarse la vida.
El hecho ha conmocionado a toda una comunidad de la ciudad de Tijuana, en el estado de Baja California, México, debido a que la familia, aparentemente, no tenía mayores problemas.
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El día que ocurrieron los hechos, Claudia Fabiola, la madre de los niños, llamó al 911 tras haber encontrado los cuatro cuerpos tirados dentro del apartamento número 32 de la colonia Olbers, en la referida ciudad.
Según informa el periódico mexicano Sin Embargo, el fiscal del caso, Hiram Sánchez Zamora, confirmó que en el testimonio brindado por Claudia Fabiola, se constató que Eymar era adicto a las metanfetaminas y que, probablemente, estaba bajo los efectos de la droga al momento del crimen.
Además, se logró establecer que la mañana del día en que ocurrieron los hechos, la pareja había tenido una discusión, sin embargo, no era nada grave.
La madre de las víctimas estaba en proceso de adiestramiento para formar parte de la Guardia Nacional y, al momento del crimen, se encontraba en sus prácticas cuando recibió un mensaje de Eymar donde le pedía que regresara temprano "porque algo iba a pasar".
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Los vecinos de la familia dijeron que la noche del triple homicidio no se escucharon gritos ni otros indicios de lo que estaba sucediendo y que, por el contrario, se enteraron de lo sucedido hasta que llegaron las patrullas de la policía.
“Yo veía que los niños estaban bien, andaban mucho en sus bicicletas y se llevaban bien con los demás niños, solo Dios sabe qué fue lo que pasó en esa casa", sentenció un vecino indignado por lo sucedido, a la vez que relataron que los niños nunca presentaron indicios de ser maltratados física o mentalmente.
Por su parte, la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que la madre de los niños ya está recibiendo atención psicológica por lo sucedido.