Gran parte de los líderes mundiales ignoraron los recursos republicanos presentados en la justicia y felicitaron a Joe Biden por su victoria en Estados Unidos, después de que medios de ese país declararon el sábado que el demócrata había tomado una ventaja insuperable sobre su principal rival Donald Trump en el recuento casi completo de las elecciones del martes.
Entre los que saludaron al demócrata por ganar la presidencia están la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron, el primer ministro británico Boris Johnson y hasta el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Aunque hubo notables excepciones que no se habían sumado a la celebración hasta la tarde del domingo, de las cuales se destacaban dos en América Latina.
Se trata de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y de Brasil, Jair Bolsonaro.
López Obrador indicó que esperará la resolución de “asuntos legales” para pronunciarse. El único del gobierno de AMLO que se refirió al triunfo de Biden ha sido el canciller Marcelo Ebrard, quien expresó este domingo que prevé una “etapa con enorme potencial” entre Estados Unidos y México.
“Lo que vemos venir es una etapa con enorme potencial (…) por lo que escuché del discurso de Joe Biden, es evidente que vamos a tener una política de cooperación mundial y con México”, dijo Ebrard en una conferencia sobre negocios, reportó el diario El Universal.
Por su parte, el presidente Bolsonaro, quien ha declarado abiertamente su admiración por Tump, simplemente ha guardado silencio.
Otros que hasta este domingo habían optado por no reaccionar sobre las elecciones de Estados Unidos son estos gobernantes:
China
De acuerdo con medios internacionales, el régimen chino todavía no se había pronunciado acerca del triunfo de Biden, y en los últimos días lo máximo a lo que se prestó el Ministerio de Asuntos Exteriores fue una declaración del viceministro Le Yucheng: “Esperamos que el nuevo Gobierno de Estados Unidos trabaje con China para resolver las diferencias sin conflictos ni enfrentamientos (…), impulsando las relaciones bilaterales por el buen camino”.
En general, China ha seguido en silencio el proceso electoral en Estados Unidos, país con el que los lazos se han deteriorado durante los cuatro años de presidencia de Donald Trump.
Rusia
El presidente ruso Vladímir Putin tampoco ha reaccionado acerca de los resultados obtenidos en Estados Unidos y probablemente esperará hasta la certificación oficial de los datos electorales.
Según la agencia EFE, la victoria Biden tras señalar durante la campaña a Rusia como la mayor amenaza para su país, no augura mejoras en las relaciones entre Moscú y Washington.
Rusia ha sido acusada de interferir en las elecciones estadounidenses de 2016 para ayudar a que Trump fuera elegido, con la esperanza de que tomara una línea más suave respecto a Moscú.
“Vamos a trabajar con el jefe del Estado que elija el pueblo estadounidense”, dijo en vísperas de las elecciones en EE.UU. el presidente Putin.
Por el contrario, el líder de la oposición Alexéi Navalny saludó a Biden. En un tuit, Navalny felicitó a Biden y a su compañera de fórmula de Kamala Harris por “definir el nuevo liderazgo en una elección libre y justa”.
Turquía
El Gobierno turco apenas se ha pronunciado sobre la victoria de Joe Biden en las presidenciales de EE.UU., y se ha limitado a indicar que con él en la Casa Blanca “no cambiará nada” en las relaciones con Turquía, que en los últimos años han tenido varios conflictos.
Tanto el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el Ministerio de Exteriores se refirió este domingo a diversos asuntos internacionales, como la guerra en Nagorno Karabaj o las elecciones en Guinea-Conakry, pero sin hacer ninguna referencia a Biden.
La única mención ha sido la de Fuat Oktay, uno de los vicepresidentes, que ha dicho que la salida de Donald Trump del despacho oval no afectará a Turquía.
Kemal Kiliçdaroglu, líder del socialdemócrata CHP, el principal partido de la oposición turca, sí ha felicitado ya al presidente electo de Estados Unidos.
Incluso países con malas o tensas relaciones con Washington, como Irán, Cuba o Venezuela, se han referido a la victoria del candidato demócrata.