Por ocho minutos y 46 segundos el oficial de policía de Minneapolis, Dereck Chauvin mantuvo su rodilla sobre el cuello del afroamericano George Floyd, hasta que este muriera por asfixia. Sus últimas palabras fueron “I can’t breathe”, en español, “no puedo respirar”.
Esto ocurrió el jueves 25 de mayo del presente año y eso fue lo que despertó la indignación masiva de la población estadounidense y con ello, el movimiento de #BlackLivesMatter. Todo comenzó cuando Floyd, de 46 años, fue arrestado luego de que un empleado de una abarrotería llamara al 911, y lo acusara de pagar con un billete falso de 20 dólares.
El medio estadounidense The New York Times recopiló una serie de archivos que relataban lo sucedido con Floyd, y con ello pudieron determinar que los oficiales ejercieron acciones que violaban las medidas del Departamento Policial de Minneapolis. Lo cual dejó al ciudadano afroamericano sin poder respirar, aun cuando testigos pedían ayuda.
Al día siguiente de la muerte de Floyd, el departamento de policía despidió a los cuatro agentes que se vieron involucrados, asimismo, el fiscal del Condado de Hennepin anunció los cargos de homicidio en segundo grado contra el oficial Chauvin. Los otros tres agentes: Thomas Lane, J. Alexander Kueng y Tou Thao, fueron acusados de ayudar e incitar el asesinato del señor Floyd.
¿Por qué esto resulta importante en el movimiento de “Black Lives Matter”?
George Floyd fue una víctima más de la brutalidad policial que ocurre en Estados Unidos hacia afroamericanos, un fenómeno por el que se ha protestado desde los inicios del movimiento “Black Lives Matter”. De acuerdo con Mapping Police Violence, un ente investigador, entre 2013 y 2019 la policía de ese país ha asesinado a 7,666 personas.