“Por favor, no me dispare”, “me van a matar”. Revelan las últimas palabras de George Floyd antes de ser asesinado por policía

Dos videos de las cámaras corporales de exagentes involucrados en este caso revelan nuevos detalles de los últimos momentos de vida del afroamericano que fue asfixiado por Derek Chauvin en mayo pasado.

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George Floyd fue asesinado por el expolicía Derek Chauvin en mayo pasado. Foto Archivo / Foto Por Captura de pantalla

Por X. Alfaro - Agencias

2020-07-09 4:59:45

Las transcripciones de los video de cámaras corporales de dos policías que participaron en el arresto del afroamericano George Floyd en mayo pasado han arrojado nuevos datos sobre este caso que conmocionó al mundo entero.

Según las grabaciones, Floyd había entrado en pánico pues había sido baleado anteriormente por un policía en una situación similar.

“Soy claustrofóbico”, “lo siento, lo siento… me dispararon antes de la misma manera, señor oficial. Por favor no me dispare”, son las últimas palabras que dijo la víctima que murió tirado en el suelo, esposado y con la rodilla del agente Derek Chauvin presionándole el cuello.

Las grabaciones fueron presentadas en el tribunal por la defensa de Thomas Lane, uno de los agentes involucrados en el caso,  como evidencia de que su representado no habría cometido ningún delito.

Lane se habría acercado al auto donde estaba Floyd y tras apuntarle con su arma le pidió en varias ocasiones que le mostrara las manos, mientras el hombre visiblemente asustado le suplicaba que no le fuera a disparar.

El oficial preguntó a una mujer que estaba en el lugar si Floyd estaba tomado, ella respondió que no, pero que tenía “problemas todo el tiempo cuando vienen (los policías)”.

Floyd dijo además a los policías Derek Chauvin, Tou Thao, Thomas Lane y Alexander Kueng acusados de su muerte que hacía poco tuvo COVID-19 y que le costaba respirar.

“Me van a matar, me van a matar”, repetía Floyd, de 46 años, cuando los policías le tenían inmovilizado y boca abajo en el suelo, a lo que Chauvin respondió: “Deja de hablar, deja de gritar, se necesita mucho oxígeno para hablar”.

Chauvin fue, de hecho, quien asfixió a Floyd presionando la rodilla contra su cuello más de ocho minutos, durante los cuales el afroamericano repitió más de 20 veces que no podía respirar.

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Esas llamadas desesperadas de Floyd fueron respondidas por los agentes implicados con frases como “relájate” (Tou Thao), “respira hondo” (Lane) o “estás bien, estás hablando bien” (Alexander Kueng), todos ellos despedidos del cuerpo y posteriormente imputados.

Ese “no puedo respirar” (“I can’t breath”) de Floyd se convirtió después en uno de los lemas de las protestas.

En un momento, Lane cuestionó a Chauvin -el agente con más experiencia de los cuatro- si debían girar a Floyd de lado, pero este respondió que “no”.

Lane insistió que estaba preocupado por el estado de salud de Floyd, ya que parecía estar bajo el efecto de alguna sustancia.

“Bueno, es por eso que viene una ambulancia”, dijo Chauvin, que no levantó la rodilla del cuello de Floyd hasta que un paramédico se lo indicó.

Chauvin está acusado de asesinato en segundo grado y homicidio en tercer grado por matar a Floyd, mientras que sobre Lane, Thao y Kueng pesan cargos por ayudar e instigar al asesinato en segundo grado.

Lane, que está en libertad bajo fianza de 750,000 dólares, ha argumentado que era su primera semana de trabajo en el cuerpo y que fue Chauvin quien tomó las decisiones que llevaron a la muerte de Floyd.

El asesinato de Floyd provocó un enorme estallido de protestas y disturbios raciales a lo largo y ancho del país por las recurrentes muertes de ciudadanos afroamericanos a manos de policías en Estados Unidos.