Un animal de 12 metros de longitud y unas 15 toneladas de peso, de un cuerpo enorme, cuatro aletas y un cuello de jirafa nadaba hace unos 100,000 años los mares de la Antártida. Esta imagen es parecida a la idea que se tiene del monstruo del lago Ness y se tienen evidencias que realmente existió en otro lugar muy alejado del lago Ness. Así lo afirman investigadores argentinos, quienes han trabajado durante tres décadas por desenterrar el espécimen de elasmosaurio más pesado que hasta la fecha se conoce.
Los elasmosaurios son una especie de monstruos marinos del Cretácico que convivían con los dinosaurios. El equipo cree que este “Nessie” de la Antártida podría pertenecer al género de los Aristonectes, pero aún se necesitan más estudios para confirmar esta teoría y que incluso podría tratarse de una nueva especie.
“Durante años, fue un misterio… no sabíamos si era un elasmosaurio o no”, explicó José O’Gorman, paleontólogo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) que trabaja en el Museo de La Plata, cerca de Buenos Aires a National Geographic.
“Eran un tipo de plesiosaurios raros que nadie conocía”, afirma el principal autor del estudio donde se explica el hallazgo, publicado en la revista “Cretaceous Research”. Ahí se especifica que fue William Zinsmeister de la Universidad de Purdue quien descubrió el fósil en 1989, concretamente en la isla Seymour -al sur de la punta septentrional de la península antártica-. Como no tenía los medios para excavar el lugar, informó al Instituto Antártico Argentino, que se involucró en el proyecto.