"Esté atento a los murciélagos que podrían estar en su hogar", es la alerta que el Departamento de Salud Pública de Illinois (IDPH por sus siglas en inglés) ha hecho pública luego de que un hombre muriera por rabia y se convirtiera en el primer caso humano del virus registrado en este estado en los últimos 70 años.
En un comunicado publicado el 28 de septiembre, el ente de Salud informó sobre la muerte del paciente, un hombre de 80 años residente en el condado de Lake, quien en agosto pasado despertó con un murciélago en su cuello.
Tras realizar pruebas de laboratorio al animal este dio positivo a la rabia, no obstante el hombre se negó a recibir tratamiento contra el virus. Con los días empezó a presentar síntomas como dolor de cabeza, entumecimiento en los dedos, dolor de cuello, dificultad para controlar los brazos y para hablar, hasta que murió.
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Según el IDPH la rabia tiene la tasa de mortalidad más alta que otras enfermedades, y una vez se desarrolla infecta el sistema nervioso central, causa enfermedades en el cerebro y finalmente la muerte.
Expertos en vida silvestre encontraron una colonia de murciélagos en la casa donde vivía la víctima. Tras el deceso evaluaron a quienes tuvieron contacto con él y podrían haberse contagiado y se les brindó tratamiento preventivo.
“Lamentablemente, este caso subraya la importancia de concienciar al público sobre el riesgo de exposición a la rabia en los Estados Unidos”, dijo Mark Pfister, director ejecutivo del Departamento de Salud del condado, quien advierte además que una vez iniciados los síntomas del virus este es "casi siempre" fatal.
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Las autoridades insisten en la necesidad de buscar asistencia médica e iniciar tratamiento en caso de que se haya tenido contacto con murciélagos, asimismo explican que estos suelen tener dientes muy pequeños por lo que muchas veces puede ser difícil detectar una picadura, por lo que si una persona cree haber estado expuesto debe buscar tratamiento.
En Estados Unidos solo se reportan de 1 a 3 casos de rabia al año, no obstante se estima que 60,000 estadounidenses reciben la serie de vacunación posterior a la exposición cada año.