Las pinceladas en tonos rojos contrastan con los tonos terracotas del apartamento. Foto: AFP
Destino o casualidad
“El Che nació en Rosario por casualidad”, explica a la AFP el historiador Fabián Bazán, autor de “Chegasé”, un libro que escudriña los primeros años del Che, los nexos con su ciudad natal y la relación con la rosarina Clemencia Baraldi, su primera novia en la adolescencia y amiga por décadas.
Los Guevara vivían en Misiones y habían viajado a Rosario por negocios cuando Celia, la madre, estaba cerca del momento de parto, que se produce el 14 de junio de 1928 en esta propiedad, terminada de construir el año anterior y obra del arquitecto Alejandro Bustillo.
Aunque no hay certificados que lo prueben, los historiadores creen que el parto se produjo en el mismo departamento. “En esa época era común que la gente con poderío económico contratara a parteras para que los nacimientos fueran en las casas”, cuenta Bazán.
Una fotografía de los Guevara con el pequeño Ernesto recién nacido en el Parque Independencia de la ciudad es testimonio de esos primeros meses de vida del Che, antes de que la familia se instalara en Buenos Aires y luego en Córdoba.
Pero el destino quiso que su primera novia fuera una rosarina, Clemencia, por la que volvió asiduamente a la ciudad durante los cuatro años que duró aquel romance adolescente.
Legado
“Durante muchos años el Che estuvo prohibido en Argentina, incluso mencionarlo”, cita Bazán sobre la persecución de la dictadura militar (1976-1983).
Pero con el retorno democrático “Rosario empieza a revalorarlo y la ciudad se apropia de su figura a través del trabajo de la alcaldía gobernada por el socialismo”, explica.
Bibliotecas populares, centros de estudios, clubes y hasta una autopista llevan su nombre en una ciudad donde su imagen es algo corriente.
Cuando se cumplieron 80 años de su nacimiento en 2008 “se hizo una gran celebración y se recuperó la figura del Che que quedó como un faro, una imagen referencial de Rosario”, afirma.
El Che fue declarado Ciudadano Ilustre post mortem en 2002.
Para otro historiador, Gustavo Guevara, sin parentesco con el Che, “su figura fue siempre muy debatida”. Sin embargo “todo el que viene a Rosario quiere una foto allí”, afirma.