“Había días en que solo quería arrancarme la piel”, la historia de una adolescente que padece una extraña enfermedad

Anna tiene 15 años y desde pequeña se dio cuenta que era diferente a los demás niños porque su piel lucía inflamada, roja y con grietas.

descripción de la imagen
Anna padece eczema, un problema en la piel que le causa inflamación y enrojecimiento. Foto Anna Byard-Golds

Por N. Hernández

2020-09-16 9:26:33

Anna Byard-Golds tiene 15 años y padece eczema, una alergia de la piel considerada como una dermatitis atópica. Desde los 4 o 5 años tiene conocimiento de su enfermedad y fue cuando también notó que era diferente a los demás.

“Había días en los que estaba completamente colapsada y comenzaba a arañarme. Quería arrancarme la piel. Tenía conciencia de ello desde los 4 o 5 años. Notaba que mis manos se veían diferente y podía sentirme diferente a otros niños”, contó a BBC News.

Las personas que tienen este padecimiento también suelen tener baja autoestima por el estado de su piel, según mostró un sonde de la Sociedad Nacional de Eczema, en Reino Unido. El estudio reveló que el 89 % de los adultos con eczema sienten que su calidad de vida se reduce debido a su apariencia.

“Es como piel de rinoceronte: quebrada, áspera y no es bonita a la vista”, explica Anna.

Otro de los aspectos en los que el padecimiento afecta a las personas es en su educación pues las alteraciones de la piel incomodan a las personas, les causa dolor y frustración por cómo se ven. Según la encuesta la educación de más de un tercio de las personas que sufren eczema se ha visto afectada.

Anna ha regresado a la escuela hace poco, pero a lo largo de los años ha faltado bastante sólo porque no quería ir.

“Había días en que volvía a casa temprano porque tenía tanto dolor. Es difícil moverse, escribir, así que no podía hacer el trabajo o concentrarme realmente”, dice.

El eczema le aparecía en la cara por la mañana y eso la hacía sentirse cohibida: “No quería que la gente lo viera. Me daba mucha vergüenza”, relata.

Anna recuerda que desde pequeña otros niños la molestaban y burlaban de ella por ser diferente, por ello empezó a usar ropa grande para tratar de cubrir su piel.

“Realmente tuvo mucho impacto en mí, porque no me sentía normal”.

Este factor suele ser común en personas con eczema, según la encuesta de la Sociedad Nacional del Eczema, pues el aislamiento social condiciona la vida.

Anna relata que en su caso, ver a sus amigos tenía que limitarse a la casa de ella o de ellos porque el dolor no le permitía andar mucho tiempo en movimiento.

“A veces, ir de aquí para allí era muy doloroso (…) A veces te sientes como una carga”, dice.

Sin embargo, ahora Anna lleva mejor su vida y padecimiento, el secreto está en tener una actitud mental correcta. Por lo general, para lidiar con el problema coloca crema sobre su piel, escucha música y mira videos de actuación, pues el arte dramático es una de sus mayores pasiones.

“Cuando era simplemente yo, sentía que estaba siendo juzgada por mi piel, pero cuando interpretaba un personaje, sabía que no podían juzgarme porque era otra persona”, cuenta.

“Me tomó un tiempo darme cuenta de que, a menos que tengas la actitud mental adecuada, realmente no puedes lograr lo que quieres”, explica.

Aconseja a las personas que también padecen eczema que hablen de cómo se sienten y si tienen ganas de llorar que lo hagan, pues reprimir los sentimientos pueden afectar aún más la forma de cómo te sientes contigo mismo y los demás.

El sondeo de la Sociedad Nacional del Eczema entrevistó a 530 adultos con esta condición y a 524 padres con niños (de hasta 16 años) con eczema.

Cerca de tres cuartos (74 %) de los adultos reconocieron que el eczema afecta negativamente su salud mental. Un poco más de un tercio (35 %) de los padres, dijo que el eczema impedía que sus niños acudan a la escuela. Y, el 37 % de los padres señaló que pensaban que esta condición afectaba el desempeño de sus hijos en la escuela.