Elisa Liam, una joven canadiense, de 21 años, llegó a Los Ángeles con todos sus deseos de descubrir Estados Unidos y vivir nuevas experiencias, sin embargo su plan se vio interrumpido por su misteriosa muerte.
Sus últimos minutos con vida quedaron grabados en las cámaras de un ascensor del hotel en el que se hospedó, y a siete años de lo sucedido, el caso de Elisa Liam sigue sin resolverse, según información de Infobae.
Eran la 1:31 de la madrugada del 1 de febrero de 2013, cuando la joven sube rápida e inquietantemente al ascensor del hotel Cecil, de la ciudad de Los Ángeles, pero lo que prosigue en las imágenes es aterrador; la joven nerviosa y desesperada presiona descontroladamente los botones pero no se cierra.
Elisa espera unos segundos y la puerta del ascensor sigue sin cerrar, por lo que ella sale para ver con cautela a su alrededor y entra nuevamente, se apoya de espalda a un lado de ascensor como si intentara ocultarse de alguien.
Como sacada de una escena de película de terror, otra vez el ascensor no responde y Elisa vuelve a salir como si estuviera observando o esperando algo en el pasillo, ella regresa como si fuera perseguida y con desesperación presiona los botones y otra vez nada ocurre.
Finalmente ella desiste y decide salir del asesor. Cuando ella desaparece de la cámara sucede algo más tenebroso, la puerta del ascensor se abrió y cerró varias veces cuando ya no había nadie en él.
A siete años de la extraña muerte de la joven de origen chino, las pocas cosas que se conocen del misterioso caso es que ella en sus deseos de conocer Estados Unidos emprendió un viaje a Los Ángeles el 26 de enero del 2013 y se hospedó en el Hotel Cecil, porque se enamoró de su estilo art decó y ella misma lo catalogó como un “lugar perfecto que Baz Luhrmann ruede El gran Gatsby”, en su red social de Tumblr. Sin embargo, desconocía que el hotel tenía fama de ser un lugar maldito.
La noche de su desaparición era la última que pasaría en Los Ángeles, un día antes estuvo en una librería comprando libros y discos, según declaraciones de la vendedora quien fue entrevistada por las autoridades dijo que la vio “extrovertida, amable y alegre”, pero preocupada por el peso de sus libros, nada fuera de lo común.
Los padres al no saber nada de ella, se alarmaron y decidieron notificar a la policía y viajaron a Los Ángeles para unirse a la búsqueda de su hija, las investigaciones comenzaron en el hotel, la habitación y lugares que frecuentó mientras estuvo hospedada en el lugar.
La investigación no dio ninguna pista hasta que la Policía de Los Ángeles dio a conocer el escalofriante video de las cámaras del hotel, en el que por 2 minutos y 28 segundos se ve a la joven canadiense con un comportamiento muy extraño.
Diecinueve días después de la desaparición, Elisa es encontrada muerta y en ese momento surgieron nuevas incógnitas.
Tras varias quejas de los huéspedes del hotel sobre la mala calidad del agua, las autoridades revisaron los tanques (4) de agua del edificio y fue donde encontraron el cuerpo desnudo de Elisa flotando y en estado de putrefacción.
Lo extraño del caso es que para llegar hasta los tanques ubicados en la azotea del edificio eran necesarias unas llaves, códigos de seguridad (que solo tenían los empleados), subir las altas escaleras y mover las pesadas tapaderas de los depósitos.
En la autopsia, la joven no tenía señales de agresión sexual ni violencia física y en las pruebas toxicológicas solo encontraron un medicamento que consumía habitualmente y un poco de alcohol, el suicidio fue descartado. De su ropa y su celular nunca se obtuvo información.
El 21 de febrero, la Oficina Forense de Los Ángeles determinó que Elisa murió por un ahogamiento por accidente debido al trastorno bipolar que padecía, pero ¿Cómo llegó hasta el tanque?, un misterio que hasta hoy no se resuelve y del que cada vez surgen más hipótesis.
El estremecedor caso de Elisa Liam fue retomado por Netflix para su serie Crime Scene: The Vanishing al the Cecil Hotel.
Hotel maldito
Entre los años 40 y 50 el hotel se convirtió en un prostíbulo y lugar de distribución de drogas, los crímenes cada vez eran frecuentes en el lugar, por lo que, comenzó a ganar fama como un hotel maldito.
En 1947, fue uno de los últimos lugares en los que se vio con vida a Elizabeth Short, una joven de 22 años que fue brutalmente mutilada y descuartizada después de salir del hotel, fue un caso muy mediático en Estados Unidos.
Entre 1984 y 1985, allí vivió Richard Ramírez, un convicto por asesinar 14 mujeres en Los Ángeles, se autoproclamaba como admirador de satanás y algunos de sus crímenes los cometió mientras vivía en ese hotel. En el mismo lugar vivó otro asesino serial de origen austríaco llamado Jack Unterwerger.
En su horrífico historial, el hotel también registra suicidios desde envenenamientos hasta saltar por una de sus ventanas, y una mujer violada y asesinada en el cuarto del conmutador del recinto.