Este 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional contra la Violencia de Género. Y esta fecha, al igual que muchas otras, tiene lugar por un suceso histórico que marcó la sociedad. En este caso, el hecho que dio paso a estar jornada se suscitó en 1960 en República Dominicana, cuando las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, mujeres con títulos profesionales, madres y activistas, fueron asesinadas por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien dirigió durante 30 años una tiranía sangrienta en el país caribeño.
Según información recolectada por Infobae, eran cuatro hermanas en la familia Mirabal, hijas de Enrique, un hombre exitoso de negocios que permitió darle ciertas comodidades a su familia. Sin embargo, cuando Trujillo ascendió al poder perdió casi toda su fortuna. Las hermanas Mirabal estaban convencidas que Trujillo llevaría al país al caos, entonces, las que más tenían actividad política comenzaron a formar parte de un grupo de oposición y resistencia al régimen: la Agrupación Política 14 de junio. Dentro de este grupo eran conocidas “Las Mariposas”, porque ese era el nombre con el que una de las hermanas, Minerva, era conocida en los círculos militares políticos.
Esta lucha no fue fácil, ya que todo el país estaba controlado por el Servicio de Inteligencia Militar: Minerva y María Teresa fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones. Y al igual que ellas, sus esposos.
El 18 de mayo del 60, las dos hermanas y sus esposos fueron juzgados “por atentar contra la seguridad del Estado dominicano” y condenados a tres años de cárcel. No obstante, Trujillo, con un plan macabro entre manos, liberó a Minerva y María Teresa y mantuvo encarcelados a sus esposos.
Todo era una trampa. Trujillo mandó que se mudaran a los maridos de las hermanas a la prisión de Salcedo, ciudad donde vivían Minerva y María Teresa, con la excusa de achicar distancias y facilitar las visitas. Pero además, dio otra orden: emboscar y asesinar a las mujeres cuando ellas tomaran la ruta hacia la cárcel. Y todo debería parecer un accidente de autos.
El crimen estaba planeado para el 18 y 22 de noviembre, pero los militares no se atrevieron a realizarlo porque una de las hermanas “viajaba con niños”. El 25 de noviembre, cuando regresaban de visitar a sus maridos, el coche en el que viajan fue interceptado por un Volskwagen escarabajo, y las hermanas, a punto de pistola, fueron obligadas a subir en ese auto para ser llevadas a su casa en Salcedo.
Los militares que las tenían cautivas utilizaron pañuelos de seda para ahorcarlas. No se oyó ningún grito. La casa era de adobe y estaba forrada con madera de caoba. Cuando las hermanas estaban agonizando las apalearon para luego ponerlas en un jeep que sería arrojado al fondo de un barranco para simular un accidente. Pero eso no calló ni cesó la lucha de las hermanas.
21 años después, en Bogotá, Colombia, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se declaró que el 25 de noviembre se instituyera como el Día Internacional de No Violencia contra las mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.
Según una entrevista de Infobae, Alejandra Oberti, directora del Archivo Oral de Memoria Abierta de Argentina, explicó que este hecho “es un ejemplo de memoria reflexiva, un acto de memoria por parte de las mujeres que participaron de aquel Primer Encuentro Feminista Latinoamericano. Las hermanas Mirabal fueron asesinadas por razones políticas, pero hay también un cruce con la violencia sexual”.