Hace un año Chris Watts, mejor conocido como “El mostruo de Denver”, se declaró culpable de haber matado a su esposa embarazada y sus dos hijas, Bella y Celeste, de 4 y 3 años.
Procesado por los delitos de cargos de homicidio en primer grado ,uno de determinación ilegal de embarazo y tres de manipulación de un cadáver fue sentenciado a cuatro condenas de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
A un año de la declaratoria y durante sus días tras las rejas Watts asegura que encontró a Dios y ahora se hace llamar “un siervo de Dios”, según una fuente citada por la revista People.
“Estará en su cabeza por el resto de su vida y no hay escapatoria. El aniversario no será diferente a ningún otro día, donde está en su propio infierno. Se da cuenta de que está en un infierno que él mismo creó y tiene que vivir con eso”, dijo la fuente.