El monstruo de Denver, el hombre que asfixió a sus hijas y a su esposa embarazada dice ser “un siervo de Dios”

Hace un año se declaró culpable de los asesinatos de su familia, ahora cumple cuatro condenas de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

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Después de un año de haber confesado los asesinatos, Watts aseguró que encontró la paz que necesitaba. Foto Captura de pantalla Denver abc

Por N. Hernández / Agencias

2019-11-08 11:48:14

Hace un año Chris Watts, mejor conocido como “El mostruo de Denver”, se declaró culpable de haber matado a su esposa embarazada y sus dos hijas, Bella y Celeste, de 4 y 3 años.

Procesado por los delitos de cargos de homicidio en primer grado ,uno de determinación ilegal de embarazo y tres de manipulación de un cadáver fue sentenciado a cuatro condenas de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

A un año de la declaratoria y durante sus días tras las rejas Watts asegura que encontró a Dios y ahora se hace llamar “un siervo de Dios”, según una fuente citada por la revista People.

“Estará en su cabeza por el resto de su vida y no hay escapatoria. El aniversario no será diferente a ningún otro día, donde está en su propio infierno. Se da cuenta de que está en un infierno que él mismo creó y tiene que vivir con eso”, dijo la fuente.

Shannan, Celeste y Bella Watts. Foto Perfil de Facebook

Un mes antes que se cumpliera un año de los asesinatos, Watts escribió una carta a su madre para decirle que era un hombre reformado desde que inició una relación con Dios. La carta fue leída por su madre, Cindy Watts, en un programa de televisión, parte del escrito es el siguiente:

“¡Todavía soy papá! ¡Todavía soy un hijo! Sin importar nada más. ¡Ahora, no puedo agregar un siervo de Dios a esa mezcla! Él me ha enseñado paz, amor y perdón, y así es como vivo todos los días”.

La masacre

El monstruo de Denver aseguró que asesinó a su familia porque estaba enamorado de Nichol Kessinger y quería vivir con ella, sentía que su familia le estorbaba para disfrutar de su nuevo amor. Aún estando en la cárcel confesó que seguía amando a Nichol, a pesar de no saber nada de ella desde que inició el juicio.

Shannan Watts estaba embarazada cuando fue asfixiada por el hombre que una vez le juró amor eterno, poco le importó que ella tuviera en su vientre a su tercer hijo. La asfixió, envolvió en una sábana y metió el cadáver a la camioneta.

Junto al cuerpo sentó a Bella y Celeste, manejó durante 45 minutos a un campo de petroleo. Ahí cavó un agujero para enterrar el cuerpo de Shanann.

Bella y Celeste Watss. Foto perfil de Facebook

“Cuando cavé el hoyo, parecía mucho más profundo de lo que era. Mientras tiraba de la sábana, ella (su esposa) rodó y se metió en el agujero. Creo que ella había dado a luz. Ella aterrizó boca abajo, recuerdo estar tan enojado con ella que no iba a cambiar cómo cayó”, dijo el asesino a Cherlyn Cadle, quien escribió Letters from Christopher.

Según los informes policiales, el cuerpo de Shanann tenía señales de violencia únicamente en el cuello y la autopsia confirmó que el saco amniótico que contenía el feto sobresalía de su área vaginal.

Después de haberse desecho del cadáver de su esposa prosiguió con el asesinato de sus dos pequeñas hijas. La primera fue Celeste, de 3 años, para ella usó una manta para sofocarla y luego la dejó caer en un tanque de petroleo.

“No podía creer lo fácil que fue dejarla caer por el agujero y dejarla ir. Escuché el sonido que causó cuando ella golpeó en el aceite”, confesó Watts.

Luego siguió con Bella, de 4 años, a su corta edad quizás le era difícil comprender por qué su padre había estrangulado a su madre, ¿qué le pasa a mamá? preguntó cuando vio a su padre envolver el cuerpo en una sábana.

Watss durante el juicio dijo que mató a su familia porque quería iniciar una relación amorosa con una compañera del trabajo.

Luego, cuando llegó su turno volvió a cuestionar a su padre y le preguntó: “¿Me va a pasar lo mismo que a Cece?”.

A diferencia de Shanann y Celeste fue la única que rogó y luchó por su vida. Según los informes policiales que relatan la confesión de Watts, cuando él volvió de asesinar a Celeste, Bella dijo: “Por favor, papá, no me hagas lo que le acabas de hacer a Cece”.

Sin embargo, sus suplicas no causaron ninguna compasión en su padre.

“Escucharé su suave voz el resto de mi vida, diciendo: ‘¡Papá, no!. Ella sabía lo que le estaba haciendo. Puede que no haya entendido la muerte, pero sabía que la estaba matando”, dijo Watts.

Según el informe forense, Bella se mordió la lenga en repetidas ocasiones mientras era asfixiada. El médico forense halló una laceración de un centímetro y medio en el tejido que uno el labio con las encías de la niña.

Ahora Watts dice estar consciente de los asesinatos y que vivirá con esos recuerdos el resto de su vida.

La súplica de Bella, la hija del “monstruo de Denver”, antes de que la asesinara

Los fiscales del caso aseguran que Bella intentó defenderse, pero su padre la quitó la vida "de forma deliberada y cruel".

Las confesiones más profundas de “El Monstruo de Denver”, el hombre que mató a sus hijas y a su esposa embarazada

Chris Watts ha sido considerado el autor del "crimen más inhumano y cruel" de la historia de Colorado. En el libro Letters from Christopher revela los motivos que tuvo para matar a su familia.