El portavoz de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, anunció este martes a las agencias de prensa rusas haber dado positivo del nuevo coronavirus y encontrarse actualmente en un hospital para ser curado.
“Sí, estoy enfermo. Me atienden”, declaró Peskov sin dar más detalles, citado por las agencias de noticias TASS, Interfax y Ria Novosti.
Ria Novosti precisó que el portavoz se encuentra hospitalizado.
Al ser consultado sobre la última vez que estuvo en contacto con el presidente ruso, Peskov respondió: “Hace más de un mes”.
Dmitri Peskov, muy cercano a Vladimir Putin y al que acompaña en cada uno de sus viajes, no había vuelto a dar su punto de prensa diario habitual desde el 6 de mayo.
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Antes de él, el primer ministro ruso Mijáil Mishustin y los ministros de la Construcción y de Cultura, Vladimir Iakushev y Olga Liubimova, también se contagiaron el nuevo coronavirus.
El segundo país con más contagios
Rusia, que ha registrado desde el inicio de la epidemia 232.243 casos del nuevo coronavirus, se ha convertido en el segundo país con más contagios declarados, detrás de Estados Unidos, según un recuento este martes de la AFP a partir de datos oficiales.
Estados Unidos tiene más de 1,34 millones de casos, seguido de Rusia, España (228.030) y el Reino Unido (223.060).
Las autoridades rusas explican estas cifras, con más de 10.000 casos diarios desde hace una decena de días, en su decisión de realizar tests de manera masiva, destinados a identificar y aislar también los casos de COVID-19 asintomáticos y a los menos graves.
En todo el mundo, el número de casos es probablemente muy superior al que aparecen en las estadísticas.
En lo que respecta a los fallecidos, Rusia, con 2.116 muertos, está muy lejos de niveles registrados por Estados unidos, Italia, Gran Bretaña, España, Brasil o Alemania.
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Golpeado por el nuevo coronavirus después de Europa occidental, Rusia asegura que su menor índice de letalidad de la COVID-19 se debe al diagnóstico, pero también a que ordenó desde marzo el confinamiento de los viajeros procedentes de los países afectados así como el de las poblaciones de riesgo y reorganizó su sistema sanitario.
Los críticos consideran, no obstante, que las autoridades atribuyen a otras causas muertes que en realidad se debieron a la COVID-19 y por tanto están fuera de las estadísticas.