El juicio contra 425 presuntos pandilleros de la MS – 13 capturados durante la operación Cuscatlán ha dejado al descubierto cómo actuaba la estructura criminal en El Salvador, Guatemala y México. Además de revelar los lazos que tenían con los cárteles mexicanos de droga.
Este jueves, el testigo criteriado y supuesto líder de la pandilla identificado como Noé, aseguró que buscaron a los cárteles para traficar narcóticos y armas entre los tres países.
El testigo, quien a cambio de su relato no será acusado de ningún cargo, aseguró que miembros de la pandilla viajaron a Guatemala y México para “hacer crecer más a la pandilla” y establecer contacto con el crimen organizado en esos países.
Noé reveló que la cúpula de la mara Salvatrucha ordenó que se enviaran, entre 2013 y 2016, a seis cabecillas a Guatemala y a México para hacer crecer la estructura delictiva en esos países y establecer contacto con los cárteles del narcotráfico.
Otras declaraciones indican que la MS recibió cargamentos de droga desde Guatemala y México y que Los Zetas proveían cocaína valorada en $12, 500 por kilo, esto entre 2014 y 2016.
Adiestramiento de extrema violencia
En 2012 la Procuraduría General de la República (PGR) señaló que la violencia usada por los cárteles mexicanos en la que se incluían decapitaciones y desmembramientos fue una técnica de intimidación copiada a la MS -13.
Luego, una investigación detalló que Los Zetas y el cártel de los hermanos Beltrán Leyva habían recibido adiestramiento de la MS que incluía la extrema violencia, y que tenían alianzas para llevar a cabo la comercialización de droga desde Centroamérica hacia Estados Unidos.
El año pasado la Administración para el Control de las Drogas (DEA) reveló que los cárteles de Sinaloa y del Golfo, además de los Zetas y la Familia Michoacana tenían vínculos con la MS.
A pesar de estos vínculos, la MS no se logró posicionar en el mercado del narcotráfico, según una investigación publicada por InSight Crime el año pasado. La publicación afirmaba que en el año 2000, Nelson Comandari, un jefe de la mara, trató de usar la estructura criminal para crear una red de distribución de narcóticos aprovechando los vínculos que se tenían con la mafia mexicana.