Las clases online se han transformado en una alternativa empleada en diferentes países del mundo para evitar el contagio del coronavirus Covid-19 al interior de comunidades escolares. Sin embargo, la falta de acceso a Internet de ciertos alumnos y la carencia de los implementos necesarios (notebook o escritorios, por ejemplo) ha complicado el desarrollo de las tareas académicas .
Debido a esto, María Caballero, profesora en una escuela rural de Santa Fe, Argentina, semana a semana recorre más de 10 kilómetros para llegar hasta las cercanías de las casas de sus alumnos y así entregarles tareas presencialmente.
La maestra del Centro Educativo Rural 303 Antonio Arenales, deja diferentes bolsas con guías y materiales en las entradas de las casas, muchos en la zona rural, para que los niños continúen con el proceso pedagógico en la localidad de Maciel.
“Como no hay clases y los chicos no tienen internet ni teléfonos, se me ocurrió dejarles la tarea colgada en bolsitas en las tranqueras. Cuando pasa una semana, voy y las retiro con los deberes hechos. Hablamos a la distancia, y ellos me preguntan lo que no entendieron y nos quedamos charlando un ratito. Ellos me extrañan, y yo a ellos”, dijo la docente a TN y La Gente.
Además, María toma en consideración la situación económica de la mayoría de las familias de los niños, por lo que “esta semana les llevé tijeras, papeles de colores y pegamento porque tenían que hacer manualidades. Es importante que los chicos tengan creatividad y se entretengan en estos días”, agregó.
El recinto rural donde María Caballero imparte clases recibe alrededor de 20 alumnos, de los cuales 7 corresponden al nivel de jardín infantil y los restantes a la educación básica.
Ella es la única profesora del lugar, pese a que una vez por semana asiste otra maestra que se preocupa de los más pequeños.
“A mí me dicen ‘maestra’, y esa palabra encierra mucho más, porque muchas veces soy la mamá de ellos. Los chicos necesitan abrazos, un mimo, una caricia”, destacó la docente.