¿Cuáles son los tratamientos contra el COVID-19 que no funcionaron y resultaron ser peligrosos?
Desde las gárgaras con enjuague bucal hasta la ivermectina y hidroxicloroquina han despertado cuestionamientos sobre su efectividad contra la enfermedad. En algunos casos, pacientes han estado en riesgo.
Han pasado casi ocho meses de haberse descubierto en Wuhan, China, el nuevo coronavirus SARS – CoV – 2 que origina la enfermedad COVID – 19, causante de la pandemia. Hasta el momento se han contagiado más de 16 millones de personas y ya cobró la vida de otras 645,300 más. Desde enero la comunidad científica y médica han buscado herramientas para combatirlo.
Tratamientos innovadores y diferentes medicamentos han salido a la luz. Pero sigue en pie la carrera para el desarrollo de una vacuna efectiva: hoy por hoy existen más de 200 proyectos en todo el mundo.
La falta de información del nuevo virus e información errónea, además de los fallos en varias decisiones estratégicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado confusión en varias ocasiones, incluyendo tratamientos caseros engañosos.
Trucos engañosos y peligrosos
¿Funcionan las gárgaras con enjuague bucal? Esta fue un de las primeras consultas que en febrero le hicieron llegar a la Organización Panamericana de la Salud y tuvo que aclarar que no había evidencia que probara la efectividad para protegerse contra el COVID – 19.
También la venta del elixir que “aleja al COVID – 19 se ha hecho popular en Bolivia, este es un frasco con dióxido de cloro que es un tipo blanqueador utilizado para desinfectar pisos. En Cochabamba, en el centro del país, la botella de 3.78 litros de dióxido de cloro se vende por ocho dólares. Y hasta el Senado de Bolivia, con mayoría opositora, aprobó la semana pasada un proyecto de ley que permitiría suministrar la solución de forma gratuita para uso médico, a pesar de las protestas del Ministerio de Salud.
Otro caso es el de Ecuador, que ha tratado el coronavirus con dióxido de cloro, químico que desde hace muchos años ha sido publicitado de manera engañosa en Estados Unidos como una cura para el sida y el autismo. Incluso la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, conocida como FDA, debió de comunicar que la sustancia no tiene valor médico y que puede tener efectos potencialmente mortales, entre ellos “vómitos severos, diarrea severa, presión arterial baja potencialmente mortal causada por deshidratación e insuficiencia hepática aguda”.
El uso de la Interferón alfa – 2b también ha sido polémico. En Venezuela, el presidente Nocolás Maduro, que tiene problemas incluso para dotar de agua potable y jabón a sus hospitales en ruinas, se ha jactado de haber obtenido de su aliada Cuba decenas de miles de dosis del medicamento interferón alfa-2b, utilizado contra algunos virus y tipos cáncer, para combatir la pandemia. Y hasta las clínicas del Estado requieren que los pacientes con síntomas tomen el fármaco. Pero no hay evidencia de que este medicamento en particular, uno de los muchos que constituyen esta clase de interferón, funcione contra el coronavirus, y en Estados Unidos los Institutos Nacionales de Salud no recomiendan actualmente su uso en pacientes con la COVID-19.