Esto es lo que debes saber sobre las principales vacunas contra el COVID-19

Hasta el momento hay 214 vacunas experimentales en marcha, diez se encuentran en la última fase de las tres que conforman los ensayos clínicos necesarios para asegurar que sea eficaz.

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Foto de referencia / Archivo.

Por Agencias

2020-11-22 4:55:39

Científicos de todo el mundo aún siguen trabajando en conseguir la vacuna para frenar la crisis sanitaria global que ha causado el SARS-CoV-2 desde su aparición en China hace casi un año.

Hasta el momento hay 214 vacunas experimentales en marcha, diez se encuentran en la última fase de las tres que conforman los ensayos clínicos necesarios para asegurar que sea eficaz (que genera respuesta inmune) y segura, pues no deben de generar efectos adversos, según Infobae.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que las que cursan la Fase III son las vacunas de AstraZeneca, Sinovac, Wuhan Institute of Biological Products, Beijing Institute of Biological Products (ambas de Sinopharm), CanSino Biological, Gamaleya Research Institute, Janssen Pharmaceutical Companies, Novavax, Moderna y BioNTech y Pfizer.

Estas vacunas están en fases decisivas y a punto de terminar, se espera que haya una distribución equitativa en todos los países para empezar a vacunar a las poblaciones en riesgo.

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Sin embargo, hay varias dudas respecto a los proyectos más prometedores, las interrogantes más frecuentes son las siguientes:

¿Qué se estudia en cada etapa de las investigaciones?

La fase preclínica es la primera, en esta se hacen pruebas con animales para estudiar la eficacia y tolerancia de las fórmulas, esto sirve de apoyo para las investigaciones en humanos. Los estudios hechos en esta etapa usan sistemas de cultivos de tejidos o cultivos de células y pruebas en animales, que pueden ser ratones o monos, para evaluar la seguridad de la vacuna candidata y su capacidad inmunógena, o capacidad de provocar una respuesta inmunológica.

El siguiente paso es la Fase 1, en esta se testea una nueva vacuna en etapa experimental en un pequeño número de humanos, por lo general la muestra es de 100 adultos y sirve para evaluar la seguridad, efectos biológicos e inmunogenicida que causa.

En tanto la Fase II prueba una vacuna que fue considerada segura en la Fase I y que necesita un grupo más grande de humanos (generalmente entre 200 y 500) para monitorear seguridad y también los ensayos que determinarán la eficacia de la vacuna. Las metas de las pruebas de fase II son estudiar la vacuna candidata en cuanto a su seguridad, capacidad inmunógena, dosis propuestas, y método de administración.

Finalmente, la Fase III tiene como objetivo evaluar de forma más completa la seguridad y la eficacia en la prevención de las enfermedades e involucran una mayor cantidad de voluntarios que participan en un estudio multicéntrico adecuadamente controlado. Pueden incluir cientos de miles de humanos en un país o varios países. Las pruebas en esta instancia son aleatorias y doble ciego, e involucran la vacuna experimental que se prueba contra un placebo (el placebo puede ser una solución salina, una vacuna para otra enfermedad o alguna otra sustancia). En general es el paso anterior a la aprobación de una vacuna.

Los principales desarrollos 

La vacuna desarrollada por Pfizer junto con BioNTech (BNT162B2 nombre provisional) y la del Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología del Ministerio de Salud de la Federación de Rusia y el Fondo de Inversión Directa de Rusia (más conocida por su nombre Sputnik V) ya tienen resultados preliminares de sus Fases III.

Según los propios reportes, la producida por la compañía norteamericana es “eficaz en un 90%”, según el primer análisis intermedio de su ensayo de Fase III, la última etapa antes de pedir formalmente su homologación. En tanto la rusa alcanzó un 92% de efectividad en las primeras pruebas de la Fase III y que “no hubo eventos adversos inesperados durante los ensayos”.

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También la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford informaron a Infobae desde el laboratorio el pasado 1 de octubre la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) que su Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) había iniciado un proceso de ‘revisión continua’ para AZD1222. La revisión continua es una herramienta regulatoria flexible que las autoridades competentes utilizan para avanzar en la evaluación de un medicamento o vacuna durante una emergencia de salud pública. AZD1222 fue la primera vacuna COVID-19 en ser aceptada para este proceso por la EMA, la entidad regulatoria médica europea.

Desarrollada por el CNBG (China National Biotech Group en inglés), en colaboración con el Instituto de productos Biológicos de Beijing (BIBP) y la farmacéutica estatal china Sinopharm, la de origen asiático es otras de las vacunas que ya se prueban en humanos en Fase III. Se encuentra en estudio en Emiratos Árabes Unidos, con 45 mil voluntarios; Baréin, con 6 mil; Perú 6 mil, y en Marruecos, Pakistán, Serbia y Jordania. En Argentina es probada en la Fundación Huésped.

Por último, la vacuna de Janssen, de Johnson & Johnson, se encuentra en Fase III desde septiembre con 60 mil voluntarios de Colombia, Brasil, Chile, México, Perú, Sudáfrica, los Estados Unidos y la Argentina; en octubre el ensayo clínico tuvo una suspensión temporaria pero se reanudó y a nivel local comenzó esta semana.

Su vacuna JNJ-78436735, también conocida como Ad26.COV2.S, en principio contaría con características que la pueden situar en una posición más ventajosa que sus rivales ya que puede bastar con una sola dosis para disponer de una buena respuesta inmune, lo que se comprobará en esta Fase III, y además, no necesita congelación para su conservación.

¿Cómo generan inmunidad cada una?

La vacuna que Pfizer desarrolla junto BioNTech utiliza una tecnología innovadora denominada ARN mensajero que se aplica en dos dosis vía intramuscular, la segunda 28 días después de la primera. Trabaja directamente el código genético de una proteína viral

Este tipo de vacunas utilizan directamente el código genético de una proteína viral (en este caso se utiliza la proteína espiga), esta al ingresar al organismo lleva instrucciones de ADN para que las células del cuerpo humano generen ciertas proteínas protectoras y al reconocerla se activa el sistema inmunológico.

Hasta el momento es la primera vacuna que usa este tecnología, por ello se requiere que sea conservada a -80 grados centígrados.

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Sputnik V es una vacuna de vector viral, desarrollada por el Instituto de Investigación Gamaleya de Rusia y es la única que utiliza dos adenovirus humanos como vectores, uno diferente en cada dosis que se dan intramuscularmente con diferencia de 21 días. No posee ningún elemento del coronavirus en su composición, se presenta en forma liofilizada, es decir, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular.

El fármaco utiliza una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad5 y Ad26, para una primera y una segunda inyección. Sin embargo, Sputnik V no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales humanos que no son capaces de multiplicarse y son completamente seguros para la salud.

Los “vectores” son vehículos que pueden introducir material genético de otro virus en una célula. El gen del adenovirus, que es el causante de la infección, se sustrae y en su lugar se inserta un gen con el código de la proteína de otro virus. El elemento insertado es seguro para el organismo y ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir anticuerpos que nos protegen de la infección.

La vacuna de AstraZeneca, llamada por su nombre experimental AZD1222, combina una versión debilitada de un virus del resfriado común que infecta a los chimpancés y una proteína del virus que hace que el COVID-19 induzca una respuesta inmunitaria.

El médico infectólogo de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos Ricardo Rüttimann, en relación a los orígenes de este tipo de tecnología aplicada, afirmó: “El primer candidato a vacuna que se hizo con esta técnica es la desarrollada para el virus del ébola, ya hay antecedentes con este tipo de vectores virales, algunas aprovechan esta tecnología pero utilizan otros virus también. La que más se ha utilizado para la vacuna del SARS-CoV-2 es la del adenovirus, en el caso de Oxford y AstraZeneca es interesante porque es un adenovirus de chimpancé, no es humano, es la única de esta línea que utiliza adenovirus de este animal, el resto por ejemplo que son parecidas como por ejemplo la vacuna rusa utiliza un adenovirus humano”.

El biólogo y doctor en ciencias Federico Prada explicó a Infobae que “es un modelo para hacer delivery de genes que se quieren expresar”. “Lo importante es que es un adenovirus, que son excelentes herramientas para expresar proteínas recombinantes, es decir proteínas que se necesitan producir en un tipo de célula especial (en este caso en el organismo que se quiere generar la vacuna)”, ahondó el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

La desarrollada por investigadores de Sinopharm, es la primera vacuna en utilizar un inmunógeno proteico. Esencialmente, es una vacuna COVID-19 inactivada con virus completo, un enfoque diferente de lo que están haciendo otros candidatos avanzados.

Se trata de una de las vacunas que utiliza virus inactivado, una versión muerta del germen que no produce enfermedad pero genera anticuerpos y que ya se utiliza en varias vacunas como las de la gripe, hepatitis A, polio y la rabia.

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El biólogo y doctor en ciencias Federico Prada explicó que “la tecnología aplicada en esta vacuna consiste en la utilización de virus inactivado obtenido de pacientes de Wuhan, que fue aislado en células vero en cultivo”. “Esa amplificación fue inactivada y utilizada para realizar clarificada, es decir como si estuviera purificado el virus y usada para la inmunización”, agregó el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Y tras señalar que “es una técnica más antigua, pero puede tener excelentes resultados”, ahondó: “La célula vero básicamente es la fábrica de virus que se utiliza in vitro para amplificar el nuevo coronavirus aislado de los pacientes. Son células que pertenecen a epitelio de riñón de mono verde africano y es una célula que se utiliza mucho en el laboratorio a nivel de investigación, pero a nivel farma biotech, es decir farmacéutico y biotecnológico a nivel industrial se la utiliza como una excelente línea celular para amplificar distintos tipos de virus, y en especial en el nuevo coronavirus funciona muy bien y es una de las herramientas que existen hoy en día para poder propagar el virus de manera in vitro”.

La vacuna de Janssen, de Johnson & Johnson utiliza -al igual que Sputnik- utiliza adenovirus humanos como vector para transportar el antígeno, que es la proteína spike o proteína espiga, la que le da al virus el aspecto de corona. Al ingresar este adenovirus al organismo, el sistema inmunológico “detecta”  esa parte del virus y genera los anticuerpos.

La vacuna emplea la plataforma del adenovirus no replicante Ad26 que ya ha sido ensayada en las vacunas frente al virus Ébola, HIV, virus respiratorio sincitial y Zika, administrándose a más de 100,000 personas.

Finalizadas las Fases I y II, la vacuna Ad26.COV2.S logró generar una cantidad “robusta” de anticuerpos neutralizantes -que impiden el ingreso de la enfermedad- “previniendo con éxito la posterior infección y protegiendo completamente los pulmones del virus en primates no humanos en el estudio preclínico”, según se publicó en esa oportunidad en la revista Nature.

¿Se podrá evitar la segunda ola de coronavirus en América Latina?

Para el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) “es una posibilidad que no haya una segunda ola de pandemia en Latinoamérica”.

Aseguró que entre las causas está que haya una cantidad importante de personas que se hayan infectado (sean asintomáticos o sintomáticos) y esto podría disminuir las probabilidades de un nuevo brote.

También consideró que si se adecuan los testeos a una gran cantidad de personas y una respuesta social coordinana se puede impedir la segunda ola.

¿Cuánto tiempo una vez terminada la Fase III podría empezar a vacunarse a la población?

El médico neurólogo Conrado Estol (MN 65.005) aseguró que “cuando termine la Fase III y estén aprobadas”.

La FDA ya adelantó que aprobará una vacuna que demuestre 50% de efectividad, y que recibirán excepcionalmente una “aprobación de emergencia”, lo cual quiere decir que se pueden usar cuando termina la última fase de investigación.

“Normalmente tendría que mediar entre uno y tres años más de seguimiento de seguridad, pero en este caso, el propio organismo regulatorio de los EEUU consideró que los beneficios potenciales y probados son mayores que los riesgos potenciales y probados”, explicó Estol.

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Ahora, de ahí a cuándo van a estar disponibles para vacunar a la población es la pregunta que nadie puede responder. La Organización Panamericana de la Salud dijo esta semana que la vacuna de Pfizer va a ser difícil de distribuir en países emergentes; Putin dijo que sólo podían producir en una primera etapa 2 millones de dosis.

“Hasta que se apruebe la Fase III, las manden a fabricar y distribuyan lo más probable es decir que en febrero/marzo podría empezar a vacunarse en escala a la población”, consideró el neurólogo, para quien “el barbijo y la distancia van a seguir; hay que pensar que va a haber segunda ola. El esfuerzo que hay que hacer ahora es empezar a fabricar testeo para mantener el control y pescar tempranamente los rebrotes de la segunda ola”.