Twitter pidió a sus empleados en todo el mundo que trabajen desde casa para intentar frenar la propagación del coronavirus y el martes los trabajadores de la sede europea de Google fueron llamados a hacer lo mismo a raíz de los síntomas gripales de uno de ellos.
La epidemia de COVID-19 se ha propagado a todos los continentes desde su aparición en el centro de China a finales de año y ya ha provocado la muerte de más de 3,100 personas e infectado a más de 90,000.
La decisión de Twitter de pedir a sus empleados que eviten ir a la oficina está en sintonía con las medidas tomadas por gobiernos en algunas de las zonas más afectadas por el nuevo coronavirus.
“Alentamos encarecidamente a todos los empleados en el mundo a trabajar desde casa si pueden hacerlo”, afirmó su responsable de recursos humanos, Jennifer Christie. “Nuestro objetivo es reducir la probabilidad de propagación del COVID-19 entre nosotros y en gente alrededor nuestro”.
Para los empleados de la red social en Corea del Sur, Hong Kong y Japón -tres de los territorios donde la enfermedad más se ha propagado-, trabajar desde casa es obligatorio, subrayó Christie.
Por su parte, el gigante digital Google emplea a unas 8,000 personas en Irlanda, en cuya capital tiene su sede europea. Una de ellas informó tener síntomas gripales aunque el martes se ignoraba si se trataba del coronavirus.