¿Cómo dejar de tocarte la cara para prevenir contagio del COVID-19?

Reconocer el hábito y cambiar acciones puede ayudarte a prevenir enfermedades infecciosas.

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Foto Referencia Pixabay

Por N. Hernández / Agencias

2020-03-24 7:13:48

¿Cuántas veces al día te tocas el rostro? Quizás, ahora con el contexto de la pandemia COVID – 19 y después de escuchar constantemente la advertencia de: “evite tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sucias”, te has dado cuenta que lo haces con frecuencia.

Diferentes investigaciones muestran que los estudiantes, los oficinistas, el personal médico y las personas que viajan en los trenes se tocan el rostro, en promedio, entre nueve y 23 veces por hora.

Acá te damos algunos consejos:

Cambiar conductas habituales

Por lo general, las personas tienen comportamientos automáticos como los tics nerviosos, morderse las uñas y el tartamudeo para evitarlo se trabaja con el entrenamiento de reversión de hábitos.

Este consiste en enseñar a las personas a observar el malestar que sus hábitos generan y les ayuda a elegir otras conductas que puedan usar hasta que la incomodan pase, así como cambiar su entorno inmediato para disminuir la incomodidad.

Para dejar de tocarse la cara, el primer paso es tomar conciencia para ello es necesario notar cómo se hace, el impulso o sensación que lo precedió y la situación en la que se estaba cuando ocurrió (qué hacía, dónde se encontraba físicamente o qué sentía emocionalmente).

Si normalmente no te das cuenta cuando te tocas la cara, podrías pedirle a otra persona que te lo indique.

Un autocontrol es más efectivo cuando se lleva un registro físico, en este se debe de describir brevemente cada situación en que se lleve las manos a la cara.

Elaborar nuevas respuestas

Cuando eres consciente del comportamiento que deseas cambiar, puedes reemplazarlo con otra reacción opuesta a los movimientos musculares necesarios para tocarse el rostro.

Por ejemplo, cuando sientas la necesidad de tocarte la cara puedes apretar los puños, sentarse en las manos, presionar con las palmas de las manos la parte superior de los músculos o estirar los brazos hacia abajo y colocarlos al lado del cuerpo.

La respuesta alternativa debe de ser discreta y adoptar una posición corporal que pueda mantenerse por lo menos durante un minutos. Es necesario recurrir a ella mientras persista la necesidad de tocarse la cara.

También se recomienda la manipulación de objetos para ocupar las manos con algo, se pueden frotar las puntas de los dedos, jugar con un bolígrafo o apretar una pelota antiestrés. Es necesario que esta actividad sustitutiva mantenga las manos alejadas de la cabeza.

La manipulación de objetos no es tan efectiva como las respuestas alternativas, quizás porque se tiende a juguetear con objetos cuando nos aburrimos, por lo general tocamos el rostro y cabellos cuando estamos ansiosos.

Gestionar los detonantes

Cambiar el entorno puede reducir los impulsos de tocarse la cara y disminuir la necesidad de utilizar respuestas alternativas y es necesario investigar qué situaciones o emociones están asociadas con gestos que involucren el rostro. Por ejemplo:

Si las gafas se le siguen resbalando de la nariz, puede utilizar sujeciones para las orejas o cintas para el pelo para evitar que se deslicen.

Si la alergia hace que le piquen los ojos o la piel, o que le moquee la nariz, puede limitar su exposición a los alérgicos o tomar antihelmínticos.

Si nota restos de comida entre los dientes, puede cepillárselos después de cada comida.

Para evitar que el pelo se le meta en los ojos o en la boca, puede emplear gomas, bandas, una bufanda o una cinta para el cabello.

¿Qué pasa si no soy capaz de pararlo?

A veces no se eliminan por completo los hábitos no deseados, pero sí pueden ser moderados. Ten en cuenta que de acuerdo con los principio de reducción de daños, el simple hecho de reducir el contacto con la cara disminuye las oportunidades de los virus para entrar en el organismo.

En ocasiones es necesario tocarse el rostro para usar hilo dental, ponerse los lentes de contacto, limpiar la comida de los labios, maquillarse, pero antes de hacerlo recuerda lavarte bien las manos o desinfectar y si no es posible puedes usar un pañuelo de papel y tirarlo inmediatamente después de usarlo.

También ten en cuenta que la propagación de enfermedades infeccionas se puede reducir con el distanciamiento social, el lavado minucioso de manos con agua y jabón o con un desinfectante, además de la desinfección regular de las superficies de alto contacto.

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