Mason Pendrous fue hallado muerto dentro de la habitación de la residencia universitaria en Nueva Zelanda. Foto/ Facebook
“Fue solo cuando su teléfono pasó del contestador automático y llamó al ‘número no disponible’. Y de repente despertó un poco de sospecha en mi mente”, señaló un artículo del portal rnz.co.nz.
La angustia lo llevó a escribirle a un amigo de su hijo, quien se contactó con otro que residía en el mismo pasillo que Pendrous, y de esa manera descubrieron qué había pasado con el estudiante desaparecido.
El joven se subió al techo y percibió un mal olor que venía de la habitación de Pendrous y llamó a la seguridad, quien ingresó al cuarto.
El cadáver del joven fue encontrado el pasado 23 de septiembre en su habitación de la residencia estudiantil.
El hombre lamentó que ni la universidad ni en el alojamiento estudiantil han podido explicarle cuándo fue la última vez que vieron a su hijo. El caso ya está en manos de la Policía.
“Me siento un poco frustrado porque nadie, ya sea en la universidad o en CLV eligió seguirlo después de cuatro o cinco semanas, para averiguar por qué no había ido a las conferencias, para descubrir por qué no había comido”.
Se quejó de que por parte de la residencia estudiantil lo perseguían para cobrarle facturas pendientes de un servicio que su hijo, quizá, ya no recibió.
“Mi hijo desapareció, nadie lo controló. Me vendieron la atención pastoral, para vigilarlo cuando era joven nuevo en la comunidad”, indicó.
Holland aseguró que el chico no tenía problemas con la salud mental.
“Perdimos a su madre hace cinco años por cáncer de seno. En ese momento, él y yo nos unimos”, sostuvo.
El padre lamenta no haber podido abrazar a su hijo, pues su cuerpo tuvo que ser incinerado.
Las autoridades continuaban con la investigación del caso, para determinar por qué se demoró tanto encontrar al joven muerto y cómo pudo pasar desapercibida su ausencia.
La Universidad de Canterbury se pronunció “triste por la noticia de la muerte repentina de un estudiante”, detalló el portal nzherald.co.nz.
Agregó que la institución “se compromete a apoyar la seguridad y el bienestar de todo el personal y los estudiantes” y les recomendó “cuidarse a sí mismos”.
Según medios internacionales, el pasillo de la residencia estudiantil donde murió Pendrous ya no se utilizará para albergar a universitarios de primer año a partir de 2020.