La simpática idea de Ada Li Yan-tung, una visionaria joven china, será replicada en gran parte de ese país asiático.
En 2015, la joven formuló ante el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, la idea de desarrollar y una planta solar que tuviera el aspecto de un panda, el objetivo, explicó, que el objetivo era que compatriotas de su edad, para ese momento ella tenía 15 años, se interesaran por las fuentes de energía ‘limpias’.
A pesar que en un primer momento pudiera parecer una idea infantil o descabellada el PNUD, y la compañía Panda Green Energy Group, el mayor desarrollador solar del gigante asiático, decidieron darle una oportunidad.
En 2017, gracias a una colaboración entre el gobierno chino, las Naciones Unidas y Panda Green Energy, la ciudad de Danton, al oeste de Pekín, se convirtió en la primera en albergar una planta solar de 248 acres en forma de panda, la cual da energía a más de 10 mil viviendas de la zona. Sin embargo, esa granja solar fue sólo la primera. En octubre de ese mismo año, la ciudad Guigang recibió la segunda planta en forma de ese gracioso animal.
Hoy las tres entidades buscan construir más de 99 plantas solares similares a lo largo de China y para 2020, prevén generar cada año más de 110 gigawatts de energía solar que serían suficientes para dar energía a más de 30 millones de hogares, y de paso reducirán las emisiones de carbono.