La politóloga de la universidad de Notre Dame, Christina Wolbrecht, advierte que las mujeres votan más que los hombres, y que hay en este grupo un profundo descontento por las políticas de Donald Trump.
A pocos días de las elecciones presidenciales, advierte que el voto femenino podría ser un factor en contra para un mandatario que no solo ha lucido improvisado, sino que es criticado por su aparente sexismo.
De hecho, según la encuesta más reciente de The Economist y YouGov, el 51% de mujeres prefieren a Joe Biden, candidato demócrata, versus un 43% de hombres. Y solo 37% de mujeres muestran simpatía por Trump, versus 44% de hombres.
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A su juicio, esta creciente tendencia de las mujeres a votar por los demócratas puede aumentarse, debido a la velocidad en que Trump ha perdido el voto afroamericano y de las mujeres en los suburbios. Esto puede poner en problemas su aspiración de reelegirse.
Un creciente activismo
El 21 de enero de 2017, solo un día después de que Trump asumiera la presidencia de EE. UU., millones de mujeres de ese país salieron a protestar contra un mandatario que, en campaña y por muchos años atrás, hizo alarde de comentarios sexistas y ofensivos.
Se estima que 5 millones de mujeres salieron a protestar no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, para expresar que no volverán a permanecer pasivas ante personajes que han ascendido políticamente sobre la base de considerarlas inferiores.
Eso fue un parteaguas en la política de Estados Unidos, afirma Tierra Stewart, activista y directora del programa de Asociados de Ignite, una institución que vela por el empoderamiento de mujeres jóvenes.
Stewart, quien participó junto a Wolbrecht de un conversatorio organizado por el Centro Internacional de Prensa del Departamento de Estado de EE. UU., manifestó que esta protesta fue el inicio de una nueva era de la participación femenina en Estados Unidos, la cual lleva cientos de años en consolidación.
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De este multitudinario evento se derivó posteriormente la “marcha por nuestras vidas”, una manifestación masiva para exigir políticas más estrictas de control de armas.
Finalmente, Stewart añade que las alarmantes cifras de violencia sexual han hecho despertar un movimiento no dispuesto a callar más estos abusos. “Es un efecto dominó. Estos nuevos movimientos empoderan a más personas, a más mujeres que ya no guardan silencio”, dice.
Y este activismo se ha traducido en una mayor disposición a participar de elecciones. De hecho, en los comicios de medio término en 2018 hubo un aumento significativo de mujeres candidatas y mujeres electas a nivel federal y de estados.
El carácter más tolerante de estas mujeres y la molestia por décadas de abusos puede sacudir al estatus quo político estadounidense.
En resumen, cinco claves:
– El voto femenino y la participación política de mujeres va aumentando significativamente en los Estados Unidos. En gran parte, por un proceso histórico de mayor involucramiento y empoderamiento, pero también por el descontento ante décadas de sexismo, abusos y violencia sexual.
– En Estados Unidos, hay una brecha de género (“gender gap”) en los dos partidos políticos mayoritarios. Según la última encuesta de The Economist y You Gov, las mujeres son más propensas a apoyar a Joe Biden (51%) que los hombres (43%). Por otro lado, solo 37% de mujeres apoya a Trump, versus 44% de hombres.
– Este proceso de empoderamiento y participación se aceleró con el advenimiento de la presidencia de Donald Trump, un magnate inmobiliario con amplios signos de sexismo y conductas ofensivas. Esto desencadenó una multitudinaria marcha contra el presidente en su primer día de gobierno en 2017.
– Christina Wolbretch, de Notre Dame, dice que el voto femenino tiende a ser demócrata, en parte porque más mujeres trabajan en salud o educación y son conscientes de la importancia de aumentar la inversión. También son más tolerantes racialmente, apunta.
– Pese a estos puntos, consideran que la nominación de Kamala Harris como compañera de fórmula de Joe Biden no ha aumentado significativamente el apoyo femenino a esta fórmula.